SAN AMÓS, Profeta
Siglo VIII a. C.
15 de junio
Es uno de los más antiguos
entre los profetas menores de Israel. Era pastor y recolector de sicomoros
en Tekoa, junto a Belén. Se trasladó a Samaría tras
recibir su vocación (3, 8). Con la agudeza del creyente fue releyendo
los acontecimientos y la historia que ante él se desarrollaban. Y
su voz se hizo denuncia. No es extraño que fuera repudiado por un
culto demasiado ligado con los gobernantes de turno. El sacerdote Amasías
decidió expulsarlo de las cercanías del santuario de Betel.
Amós fue un profeta a pesar suyo. Hubo una fuerza que lo tomó
de detrás del rebaño y lo lanzó a una misión
que nunca habría soñado: la de denunciar a los no creyentes
sus crímenes contra la vida a los hombres de Israel su cómoda
frivolidad y a las gentes de Judá su vacío ritualismo. Pero
no se limitó a denunciar y a juzgar, que no hay un profetismo sin
una oferta de misericordia, sin una exhortación a la esperanza. “Buscad
a Yahvé y viviréis” (5, 6). Murió de un lanzazo.