SAN ABGAR V UKAMA
Siglo I d.C.
19 de junio
Rey de Edessa del 4 a. C al
7 d. C. y, nuevamente, del 13 al 50 d. C. Entorno a él floreció
la leyenda sobre una supuesta correspondencia epistolar con Jesús.
La primera noticia nos la da Eusebio (Hist. eccl. I, 13, 5), que dice que
vio en los archivos de la corte real de Edessa el texto siriaco de tal correspondencia,
en la que había una fiel traducción griega. El rey conocedor
de los milagros de Jesús, le escribió para que fuera a su corte
para curarlo de una enfermedad incurable, quizás la lepra. Jesús
le respondió que le era imposible dejar Palestina, pero que después
de la Ascensión uno de sus discípulos sería enviado
a Edessa y lo curaría. Y el relato continua como realmente Tadeo,
uno de los setenta discípulos, llegó a Edessa, devolvió
la salud al rey y evangelizó la ciudad.
El mismo episodio se narra también en “La Doctrina de
Addai”, escrito apócrifo del siglo IV-V, sólo que aquí
Jesús responde oralmente al correo que le entrega la carta de Abgar.
En recompensa este correo es un gran retratista y aprovecha la ocasión
para transmitirnos el rostro de Jesús en la famosa “Imagen Edessana”.
Este relato, parecido al anterior, suscitó grandes reservas en la
antigüedad, sobretodo en Occidente y hoy se considera apócrifo.
Se cree que se creó por la impresión de la conversión,
no sin problemas, de Abgar IX, rey de Edessa del 179 al 216 d. C.
Este episodio ha dado mucho lustro hagiográfico al rey
Abgar, que además se le ha dado el título de santo o beato.
Por esto ha podido entrar, junto con el relato de la correspondencia con
Jesús, en varias liturgias orientales, como la siria y la armenia.
El Sinaxario de la Iglesia de Constantinopla lo recuerda el 19 de Junio,
el 16 y el 21 de Agosto. Un culto menos oficial se le ha reservado a la carta
de Jesús, que está considerada como un potente talismán
contra gran número de males. Se han hallado rastros hasta en Inglaterra
y en épocas muy cercanas a nosotros.