ADVIENTO



   Viene de la palabra latina "adventus", que significa venida, llegada; es un tiempo de preparación a la Navidad. Su origen histórico no es muy claro, pero parece situarse entre los siglos IV y VI, tanto en Oriente como en Occidente. En España, el Concilio de Zaragoza (hacia 380) habla de tres semanas de preparación a la Epifanía, con tono bautismal. Ya en el siglo VI, en la Roma de San Gregorio Magno, se testimonia su existencia con las cuatro semanas conocidas hoy. En el rito Ambrosiano e Hispanomozárabe los domingos de Adviento son seis. El tiempo de Adviento comienza con las primeras vísperas del domingo que cae el 30 de noviembre o es el más próximo a este día, y acaba antes de las primeras vísperas de Navidad (NU 40). La liturgia tiene hasta el 16 de diciembre un carácter escatológico, y después uno más preparativo de la fiesta.

   Asociada a este tiempo está la corona de Adviento: un conjunto de cuatro velas con ramas vegetales que una a una se van encendiendo en cada semana del adviento, y que en Navidad se puede completar con una quinta vela de color blanco junto a una imagen del Niño Jesús. La corona se coloca tanto en iglesias como en casas particulares y procede de los países escandinavos y de Alemania. Tiene raíces simbólicas universales: la luz como salvación, el verde como vida, la forma redonda como eternidad, etc. En el "Bendicional", en la tercera parte, donde se encuentran las bendiciones de las cosas destinadas al uso litúrgico o a las prácticas de devoción, (Bend. 1238-1242) se ofrece un rito para su bendición y encendido cada domingo.

Corona de Adviento

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(Samuel Miranda)