Alejandro IV, (* Anagni,
(ha. 1199) – † Viterbo, 25 de mayo de 1261). Papa nº 181 de la Iglesia
católica de 1254 a 1261.
De nombre Rinaldo Conti, pertenecía a la familia de los
condes de Segni al igual que dos papas anteriores, Inocencio III y su tío
Gregorio IX quien lo nombró cardenal en 1227 y cardenal obispo de
Ostia en 1231.
Continuó la política de su predecesor, tratando
de suavizarla en lo posible. La lucha por la corona de Sicilia se prolongó
hasta que Manfredo tuvo que retirarse ante Carlos de Anjou, que fue coronado
por Urbano IV.
En 1255 aprueba la creación de la Universidad de Salamanca
por Alfonso X, el Sabio, le concede sello propio y la licencia ubique docendi.
En 1256 promulga la bula Liceo Ecclesiae Catholicae, por la
que organizó los diversos grupos de ermitaños de inspiración
agustiniana, en una sola y única Orden.
En 1260 nombró Alejandro a San Alberto Magno, el Doctor
universalis, obispo de Ratisbona. Aquel mismo año se formó,
probablemente en Perusa, el primer movimiento de los peregrinos llamados
flagelantes, uno de los fenómenos más característicos
de la Edad Media, que recorrían centenares de leguas dirigiéndose
hacia Roma y flagelándose durante el camino, en señal de penitencia.
Durante su pontificado, Alejandro IV canonizó a Clara
de Asís (1255) y a Iñigo de Oña (1259).
Las profecías de San Malaquías se refieren a este
papa como Signum ostiense (El signo de Ostia), cita que hace referencia tanto
a su apellido como al hecho de que fue cardenal de Ostia antes de ser elegido
pontífice.
Fue enterrado en la Catedral de Viterbo pero se desconoce su
ubicación exacta, ya que fue escondido por temor a que el cuerpo fuese
profanado. Coincidiendo con el 750 aniversario de su muerte hay en marcha
un proyecto internacional, dirigido por el arqueólogo español
Alberto Pichardo, dedicado a la búsqueda de la tumba.