BEATO ALFREDO FANJUL ACEBAL
1936 d.C.
7 de noviembre
Nació en Oviedo el
16 de julio de 1867, bautizado al día siguiente en la iglesia de Santa
María la Real de la Corte; estudió en el seminario de Oviedo,
instalado en el antiguo convento de Santo Domingo; profesó en Corias
(Asturias) el 29 de septiembre de 1883, sacerdote el 15 de diciembre de 1890;
enseñó en Corias y Salamanca, en este último convento
fue regente de estudios; maestro en teología, preparaba bien las clases
y era por ello muy estimado; superior en Oviedo, Salamanca, Palencia, en
el Olivar de Madrid, Santo Domingo el Real de Madrid, prior provincial en
1918; era prior del convento del Olivar cuando lo asaltaron el 20 de julio
de 1936. Religioso óptimo, piadoso, gozaba de gran prestigio, descollaba
por su caridad y prudencia.
Arrestado el mismo día 20 lo llevaron en un camión
a la comisaría de policía de la Puerta del Sol, y desde allí
a una checa en la Ronda de Valencia, después al ministerio de la gobernación,
en el camión en que lo condujeron se apreciaban charcos de sangre;
por descubrir la cabeza cuando pasaban por delante de una iglesia fue golpeado
con el cañón de un fusil. Del ministerio lo llevaron a la dirección
general de seguridad y lo metieron en los calabozos; se encontró con
cuatro religiosos del convento de Atocha; cerca de las doce de la noche de
este día 20 los recluyeron en la cárcel Modelo y pudieron confortarse
mutuamente, especialmente por medio de la oración compartida; uno
de ellos era el P. Isabelino Carmona, incluido en esta Causa.
En la cárcel tuvo el consuelo de asistir al matrimonio
de su pariente el general Joaquín Fanjul, al que ejecutaron horas
después; el 15 de agosto llegaron a la misma prisión cuatro
estudiantes dominicos de la provincia Bética que se encuentran también
en la presente Causa; el 22 de agosto estuvieron en peligro inminente de
muerte por un incendio en la cárcel que pareció provocado desde
fuera. En medio de su preocupación lo vieron siempre conforme con
la voluntad de Dios, y ejerció mucho el ministerio de la confesión
entre los reclusos; para sí mismo y durante la noche, recitaba todas
las oraciones y practicaba los ritos como si estuviera celebrando la santa
misa; en propia confesión esto le servía de gran consuelo.
Abandonó la cárcel en una saca masiva en la mañana del
7 de noviembre de 1936, junto con el P. Carmona; fueron ejecutados en Paracuellos
del Jarama (Madrid).