BEATO ALFREDO PARTE
1936 d.C.
27 de diciembre
Alfredo Parte Sáiz
nace en Cilleruelo de Bricia (Burgos), el dos de junio de 1.899, en el seno
de una numerosa familia cristiana de siete hijos. Él era el mayor.
Sus padres: Castor y Justa. De niño quiso seguir a Jesús de
Nazaret, imitando a S. José de Calasanz, dedicando su vida a la educación
cristiana. Y se ordena Sacerdote en Palencia, en 1928.
Una enfermedad en el fémur le dejó cojo cuando
tenía 18 años. Eso le impidió compartir el deporte con
sus alumnos, expresando el carácter alegre que tenía. Además,
esa enfermedad originó una de las anécdotas más significativas
y espontáneas de su martirio. Viéndole cojo los milicianos,
quisieron ayudarle a subir a la cubierta del barco para fusilarle. A lo que
él respondió. “Hasta ahora he necesitado cachava, pero para
subir hacia Dios no necesito cachava”. Y la arrojó, trepando como pudo
hasta la cubierta.
En su vida encontramos rasgos muy marcados del creyente, religioso,
educador y sacerdote: generoso, humilde, hombre de oración, devoto
de Ntra. Sra., amigo de los chicos, siempre estaba rodeado de ellos. Pero
además fue mártir, es decir, dio la vida por la fe. Estaba en
el colegio de Villacarriedo cuando estalló la guerra. Se refugió
en la casa de su tía, pero lo cogieron preso, llevándole a la
bodega del barco Alfonso Pérez, anclado en la bahía de Santander.
Pudo disimular su condición de sacerdote pero, ante la pregunta de
qué era, confesó en voz alta oyéndolo los compañeros
de bodega: “Soy sacerdote Escolapio de Villacarriedo”. Y le fusilaron. Era
el 27 de diciembre de 1936.