BEATO AMADEO DE SILVA
1482 d.C.
1 de noviembre
Nació en Ceuta en el seno
de una noble familia portuguesa. Se llamaba Juan. Hermano de la beata Beatriz
de Silva Meneses. A los 22 años se retiró al monasterio jerónimo
de la Puebla de Guadalupe en Cáceres. Monje ejemplar que desempeñó
los cargos más humildes, pero no se quedó allí, sino
que fue a Granada, con la intención de morir mártir o convertir
a los moros, pero sólo se ganó unos bastonazos, y volvió
a Guadalupe. Pensó entonces de ir a África, pero una tempestad
lo devolvió a Portugal. El 11 de diciembre de 1452 obtiene la obediencia
del Prior, Gonzalo de Ilescas, para poder trasladarse a Asís, en donde
cambia el hábito blanco por el pardo de los franciscanos, para poder
ir de misioneros a cualquier selva del mundo.
Entendió entonces que el Señor le llamaba para
otra vida que la que él había soñado y se puso en manos
de la Providencia. Por obediencia fue a Perugia, Brescia y Milán.
Por obediencia a los 39 años celebró su primera misa. Residió
en Roma e inició su fundación en Catelleone di Cremona en 1464.
Rechazado por los frailes de las demás familias, contó con
el apoyo del ministro general Francisco della Rovere (1464-1469), del que
parece que fue su confesor. Elegido papa con el nombre de Sixto IV, Della
Rovere no dejó de favorecerlo, concediéndole la iglesia romana
de San Pedro en Montorio y fuese su director espiritual. Impulsó la
vida religiosa con altos deseo de observancia evangélica.
Fundó la Orden de los Amadeanos. De ese modo, los amadeitas
se instalaron en Milán, Lodi, Génova, Foligno, Asis, en Italia
central y septentrional y en España, pero no llegaron a tener más
de treinta casas. Deseando hacer una visita a todos sus frailes, llegó
al convento de Santa María de la Paz en Milán, donde murió.
Su congregación permaneció siempre bajo la obediencia de los
ministros generales y provinciales, hasta su supresión en 1568, que
se unió a los franciscanos.
Su tumba, mandada a construir por el rey Luis XI de Francia,
pronto comenzó a recibir visitas de muchos devotos, fueron cuatro
siglos de culto ininterrumpido, hasta que su tumba fue destruida durante
las invasiones francesas, aunque se conoce el sitio donde estaba.