SAN ANDRÉS KAGGWA
1886 d.C.
26 de mayo

San Andrés Kaggwa

   Andrés era de la tribu Bunyoro y pertenecía al clan Kiwerw. Nació hacia el año 1855, fue capturado y hecho esclavo, siendo niño todavía. Lo llevaron primero a la corte de Mutesa y después a la de Mwanga. Toli, su maestro en el uso de los tambores reales, lo instruyó en la religión musulmana.

    Kaggwa era un joven amable, bondadoso y generoso con los pobres, según establece la religión islámica. Tenía unos 25 años y era delgado, más bien débil, con un ligero estrabismo. Con su sonrisa amable y su gran bondad se ganó muchos amigos.

   Desempeñó el oficio de jefe de los tambores reales. No tardó en convertirse a la religión cristiana junto con su mastro. Este visitaba a los misioneros católicos y Kaggwa se sintió atraído también por su religión. Fue bautizado el 30 de abril de 1882.

   Pocos meses más tarde, para evitar males mayores, los misioneros católicos creyeron oportuno retirarse de la misión. Kaggwa, que gozaba de las simpatías de todos por sus cualidades humanas, se distinguió muy pronto como un verdadero catequista dentro y fuera de la corte. Ayudado por Mateo Lubowa y Cirpiano Kamya, reunía a los catecúmenos de la capital y los instruía. Logró convertir a varios de sus amigos, entre ellos a Mukasa Balikudembe.

   Todos apreciaban su generosidad. En 1883, Lorenzo Mukasa, que dos años antes habñia sido sometido a una ordalía, fue encarcelado en un lugar infestado de cocodrilos, para aplacar al dios del lago. Los cocodrilos no aparecieron y Kaggwa pagó tres bueyes por su rescate. Después lo llevó a su casa y lo trató como a un hermano.

   Por aquellos días una epidemia d peste hacía estragos en Uganda, Andrés, sin temor al contagio, acogía a los enfermos n su casa, los cuidaba y los instruía en la religión; bautizaba a los catecúmenos poco antes de morir y les daba sepultura. Todo esto le atrajo el odio del Katikiro, a quien había acusado de alta traición. Este, irritado al ver al rey Mwanga y sustituirlo por su hermano más joven. José Balikudembe y Andrés Kagwwa, prevenidos por la reina madre, advirtieron al rey y le aseguraron su apoyo.

   Mwanga hizo llamar al Katikiro y éste, viéndose perdido, portestó su fidelidad y cargó la culpa sobre otros. Pero juró vengarse de Andrés y aprovechó la ocasión favorable que se le presentó, cuando los demás cristianos estaban ya preparados para el martirio. Después de felicitar al rey por su proceder contra los cristianos, le insinuó:

-Debes, oh señor, completar tu obra. De lo contrario ¡qué provecho tendrías? ¿Destruyes los miembros y dejas subsistir la cabeza?
-¿A quién te refieres?- preguntó el rey
-A Kaggwa, el seductor de los pajes; es él quien continuamente, incluso por las noches, instruye en su religión. ¡Ese perro ha llegado a instruir a mis propios hijos! Y tú, oh gran rey, ¿derramas la sangre baganda de nuestros hijos y vas a conservar la sangre de un instigador extranjero, que hace rebeldes de tus fieles súbditos? Entrégamelo y yo me encargaré de él.

   Mwanga no supo qué responder. Kaggwa era su gran confidente y amigo íntimo. Se limitó a decir:
-¡Vete y haz cuanto quieras, pero procura no traerlo ante mi!.

   Andrés fue por la noche a la misión. No quería morir sin recibir los sacramentos. Comulgó en la Misa y después se dirigió hacia Munyonyo. Consciente del peligro que corría, puso a salvo a su esposa y a su hija y se visyió con sus mejores galas para presentarse ante el Rey de reyes. Fue una decisión afortunada; poco después saquearon su casa y sólo quedaron algunos trastos arrojados por el suelo.

   El Katikiro, por su parte , triunfante por el permiso arrancado al kabaka, lo hizo arrestar y cuando Andrés estuvo en su presencia, le dijo:
-¿Eres tú el señor de Kigowa?
-¿Es por que no me conoces? ¿No me ves todos los días?
-¿Por qué has hecho de tu casa un lugar de oración?
-Si yo rezo, es cosa mía
-¿Eres tú quien se ha atrevido a enseñar la religión a mis hijos?
-Sí, yo soy. Pero ¿les he enseñado acaso la peste?
-Tú has recibido un fusil de José Mukasa para matar al rey
-¿Hubiese necesitado ese fusil para matar al rey? Los muchos fusiles que recibo de manos del mismo Mwanga ¿no valdrían exactamente igual que el que me ha dado Mukasa? Tú mismo has recibido muchos fusiles de manos del rey Mutesa. ¿Te los dio quizá para matar a su sucesor?
-¡Llevadlo lejos y matadlo enseguida! No probaré bocado alguno hasta que me hayáis trañido su brazo cortado.
   
   Los verdugos estaban indecisos sin saber qué hacer. Andrés los animó diciendo: "¡Vamos, daos prisa! Cumplid lo que se os ha ordenado. Vuestro señor tiene hambre; como él mismo os ha dicho, traedle pronto la carne que necesita para comer. ¡Matadme de una vez!".

   Pocos minutos más tarde pasó uno de os verdugos llevando el brazo cortado de Andrés. Después le cortaron la cabeza y finalmente aarojaron su cuerpo a las llamas. Era la tarde del 26 de mayo de 1886. Tenía unos 30 años.

   El rey se arrepintió más tarde de haberse dejado influenciar por el Katikiro, y el P. Lourdel, que conoció la noticia al día siguiente, escribió: "Así recompensa Mwanga el desinterés más puro y el clo más solícito que su fiel servidor no había cesado de demostrarle día y noche desde su infancia".

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(Samuel Miranda)