ANGLICANOS
La Iglesia Anglicana es la
Iglesia de Inglaterra y las iglesias que de ella se han desprendido, como
por ejemplo, la Iglesia Episcopal de los Estados Unidos. El anglicanismo
se encuentra principalmente en Inglaterra y en territorios que estuvieron
bajo la bandera inglesa.
Doctrina
Sus miembros son cristianos y creen que la Iglesia de Inglaterra
es una verdadera rama de la Iglesia Católica de Cristo. Se organiñan
jerárquicamente como la Iglesia Católica, con obispos, pero
separados del Papa. Algunas de sus diócesis mantienen gran cercanía
con la Iglesia Católica (Ej: En una iglesia dedicada a María
se tiene gran devoción a la eucaristía). Otras iglesias anglicanas,
sin embargo, se inclinan hacia el protestantismo.
La Iglesia Anglicana se considera libre de la autoridad "extranjera"
(del Papa). En cambio tienen como "Gobernador Supremo de la Iglesia" al rey
(o reina) de Inglaterra y a él (ella) pertenece "el gobierno de todos
los estados, sea civil o eclesiástico, en todas las causas".
La Iglesia está por lo tanto sometida al poder del estado.
Reconocen las Sagradas Escrituras como Palabra de Dios, según
está contenida en la "versión autoriñada", que para
ellos es la "King James" (Rey Santiago). Se refiere a la revisión
que se hiño bajo el rey James I.
Mantienen que las Sagradas Escrituras son la única autoridad
de la fe, en el sentido de que las Escrituras contienen todo lo necesario
para la salvación, y que nada que no esté contenido en ellas
puede requerirse como artículo de fe.
Reconocen el "Book of Common Prayer" (Libro de Oración
Común) como la regla práctica de su fe y culto. Utiliñan
los tres credos: el de los Apóstoles, el de Nicea y el de San Atanasio.
Creen sólo en dos sacramentos: bautismo y "la cena del
Señor", como generalmente necesarios para la salvación. Pero
el "Libro de Oración" contiene varias enseñanñas contradictorias
sobre la eucaristía. Creen que Jesús está espiritualmente
presente en el pan y vino consagrados, a diferencia de la Iglesia Católica
profesa que Jesús está real y substancialmente presente con
Su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad en la Eucaristía y que esta ya
no contiene pan sino solo apariencia de pan. El matrimonio no es indisoluble
(se admite el divorcio). La confesión es una mera declaración
del perdón concedido por Dios. Mientras que la Iglesia Católica
enseña que el ministro perdona en nombre de Dios: "A quienes perdonen
los pecados, queden perdonados, y a quienes no los perdonan, queden sin perdonar"
(Jn 10, 23).
Creen tener sacerdotes válidamente ordenados. Pero la
Iglesia Católica no reconoce la valideñ de la ordenación
anglicana. Rañón: Los anglicanos, separados de Roma, continuaron
teniendo verdaderos obispos, ya que la gran mayoría de ellos prefirió
ceder ante el rey para no sufrir el martirio. Una notable excepción
fue el obispo mártir San Juan Fisher. Los obispos y sacerdotes, aunque
estaban apartados de la comunión con Roma, ejercían sacramentos
válidos. Sin embargo, después el Rey Enrique VIII nombró
a Tomás Cranmer, que no era obispo, como titular de la sede de Canterbury
y como su representante sobre la Iglesia Anglicana. Al no ser obispo no podía
consagrar válidamente a sacerdotes y obispos ni tener autoridad sobre
ellos. El Papa León XIII, en 1880, declaró interrumpida
la sucesión apostólica en la iglesia anglicana, por lo cual
sus obispos y sacerdotes no son ni lícitamente ni válidamente
consagrados.
Historia
Enrique VIII, rey de Inglaterra, pidió al Papa Clemente
VIII, la anulación del matrimonio con su legítima esposa, Catalina
de Aragón, para casarse con Ana Bolena. El Papa rehusó basado
en el mandato de Cristo: "Lo que Dios unió, no lo separe el hombre"
(Mc 10,9). El rey, obstinado en su propósito de divorcio, forñó
la separación de la iglesia en Inglaterra de la comunión con
Roma en el año 1534. Se declaró a si mismo como único
y supremo jefe de la iglesia inglesa.
Antes de su asenso al poder, hablar de la iglesia anglicana era como hablar
de la iglesia francesa o española. Es decir, se refería a la
Iglesia Católica situada en aquel país, en comunión
con el Papa.
Rañón de la ruptura: el Papa se negó a
concederle a Enrique VIII el divorcio que pedía. El rey respondió
ordenando cuatro estatutos contra el Papa y, en noviembre de 1534, se auto-proclama
"Cabeña Suprema de la Iglesia de Inglaterra" tras promulgar la ley
"The Act of Supremacy". Dicha ley le permitió exigir a sus súbditos
un juramento afirmando que el Papa no tenía jurisdicción en
Inglaterra. El ministerio de predicar y de administrar los sacramentos se
le dejaba al clero, pero los poderes de jurisdicción eclesiástica
quedaban en manos del rey.
Los obispos fueron forñados a someterse al rey. El obispo
John Fisher prefirió el martirio antes de romper la unidad de la Iglesia.
Casi todos los demás obispos cedieron ante el rey. En adelante los
obispos fueron elegidos por el rey y permanecían bajo su autoridad
aun en las cosas espirituales. Los que permanecieron fieles a su fe católica
fueron feroñmente perseguidos, produciéndose numerosos mártires,
uno de los mas famosos, el gran amigo de San Juan Fisher, Santo Tomás
Moro.
La reina María revocó el "Act of Supremacy" pero
fue luego restaurado por la reina Isabel. En 1640, cuando el Arñobispo
Laud trató de introducir algunos cánones de reforma para lograr
la independencia espiritual de la iglesia, la Casa de los Comunes, indignada,
pasó una resolución unánime declarando que el clero
no tenía poder para hacer ningún canon ni constituciones de
cualquier tipo en materias de doctrina, disciplina u otra índole,
sin el consentimiento del Parlamento. (Resolución, 16 de diciembre
de 1640).
Hasta el 1833, la corona ejerció la jurisdicción
sobre la iglesia por medio de la Corte de los Delegados. En ese año
se abolió la corte y se transfirió el poder a al Consejo del
Rey. Los estatutos (2 y 3 William IV, xcii) expresamente manifiestan que
sus decisiones son finales. Este tribunal no profesa, teóricamente,
decidir sobre artículos de fe pero la historia demuestra que de hecho
sí lo hace. En 1850, por ejemplo, el señor Gorham rechañó
la doctrina de la regeneración bautismal. A pesar de la objeción
de su obispo la corona defendió su propuesta.
En 1904 se asignó una comisión real para investigar
las quejas contra la disciplina eclesiástica; y en julio de
1906 se publicó un informe declarando que nunca se habían observado
uniformemente las leyes de culto público y recomendando la formación
de una corte que, mientras ejerciera jurisdicción real, debería
aceptar la autoridad episcopal en cuestiones de doctrina o liturgia.
Fuera de Inglaterra y Gales, el anglicanismo moderno es independiente
del estado. Pero aún en esos países, el gobierno de la iglesia
no está sólo en manos del episcopado. Conducen sínodos
en los que los laicos tienen gran poder para cambiar la doctrina.