ANIMALES PUROS E IMPUROS
¿Es cierto que está
prohibido comer la carne de ciertos animales, considerados como impuros?
Se trata de una prohibición que se encuentra solamente
en el Antiguo Testamento (Lev 11). Las razones son dos:
• Por motivo de higiene: por ejemplo, la carne de cerdo (Lev 11,7) puede
acarrear enfermedades, especialmente donde hace mucho calor y hay poco aseo.
• Por motivo religioso: el pueblo aprende a obedecer a Dios en cosas sencillas
y exteriores. Así se prepara a obedecer en cuestiones más trascendentales,
que lo llevan a la santidad.
Sin embargo, el Nuevo Testamento dice que se puede comer todo,
puesto que la santidad es algo más profundo e interior.
Lo que entra por la boca no hace impuro al hombre, pero lo
que sale de su boca, eso mancha al hombre (Mt 15,11).
El Reino de Dios no es cuestión de comida o bebida;
es ante todo justicia, paz y alegría en el Espíritu Santo (Rom
14,17).
No es un alimento el que nos hará agradables a Dios.
Si comemos no ganamos nada; si no comemos tampoco perdemos nada. Pero, si
bien somos libres, cuídense que esa misma libertad no haga caer a los
débiles (1Cor 8,8-9).
La voz le dijo por segunda vez: «Lo que Dios ha purificado,
tú no lo llames impuro» (Hech 10,15).
Por eso, que nadie los venga a criticar por lo que comen y
beben (Col 2,16).
Pues todo lo que Dios ha creado es bueno, y ningún alimento
está prohibido, siempre que lo tomemos dando gracias a Dios (1Tim 4,4).
El texto de Hech 15,29 representa una medida disciplinaria
para no cerrar las puertas a posibles conversiones de judíos y favorece
la convivencia entre cristianos de origen judío y cristianos de origen
pagano. Tiene destinatarios bien precisos, que son los cristianos de Antioquía,
Siria y Cilicia, donde había surgido el problema. De hecho, pronto
se superó esta mentalidad, como hemos visto en los textos arriba citados
que reflejan una situación posterior a la del Concilio de Jerusalén.