BEATO ANTONIO "EL ETIOPE"
1550 d.C.
23 de agosto
Rocco Pirro dice de él:
“Vir fuit supra modum humilis atque erga egentes fratres charitate insignis;
ah Angelo Custode ante obitum diebus octo de hora mortis fuit praemonitus
atque illi per hoc dierum octo spatio astitit." (Fue un hombre extraordinariamente
humilde e insigne por su caridad hacia los hermanos necesitados. Ocho días
antes de su muerte fue avisado por el Ángel Custodio de la hora de
su muerte y fue asistido por él durante los ocho días).
Nació en Barce de Cirene (Libia) en el seno de una familia
musulmana. Fue apresado por las galeras sicilianas y desembarcado en Siracusa
donde fue vendido como esclavo. Fue comprado por un cantero de Avola que
lo envió a trabajar de pastor de sus cabras y ovejas. Este buen cantero
le instruyó en el cristianismo y nuestro santo pidió el bautismo
pidiendo como nombre el del santo del Padua. Desde entonces y durante 38
años que permaneció en este lugar fue un piadoso cristiano.
El cantero cedió a sus nietos el esclavo libio, que por sus cualidades
excepcionales, lo liberan.
Antonio marchó a Noto donde permaneció cuatro
años. Luego se ofreció a los encarcelados y a los enfermos,
después eligió la vida eremítica, como terciario franciscano,
en Pizzoni de San Corrado Fuori le Mura. Periódicamente se acercaba
a Noto para frecuentar los sacramentos y recoger las limosnas para los pobres.
Consumado por la ascesis eremítica, por los años y la enfermedad
rendió su alma a Dios. Fue sepultado con todos los honores en la iglesia.
Realizó muchos milagros antes y después de su muerte. En el
“Martirologio Franciscano” se le conmemora como beato.