Artellaide era la hija del procónsul Lucio y santo Antusa.  Tener el emperador Justiniano se enteró de su belleza, ya que ella quería casarse con alguien de su corte;  Artellaide pero había hecho voto de virginidad, por lo que su madre dio a tres de los hogares, a la iniciativa en Italia con su tío, el bizantino Narsés general.  Durante el trayecto la joven cayó en manos de ladrones, mientras que su hogar, después de haber escapado, trajeron a la iglesia de Santa Eulalia para exigir la liberación de la señora.  Los ladrones se considere oportuno para vender la santa virgen, pero el diablo los golpearon hasta la muerte, y el ángel del Señor regresó Artellaide en libertad.  Ella pudo así satisfacer doméstica, alcanzando Siponto en Puglia para ofrecer un regalo a la iglesia de San Miguel en el Monte Gargano.  Narsés, habiendo aprendido de un sueño de la llegada de su sobrina, la llevó a Benevento, donde ofreció un regalo rico a la iglesia de Santa María.

    Aquí se estableció y vivió en la oración y en los ejercicios de piedad, trabajando muchos milagros.  Afectado por la fiebre, se embarcó en la iglesia de San Luca, donde, después de escuchar la misa y recibió la comunión, se quedó dormida en el Señor, el 3 de marzo, día en que se celebra su festividad, tal vez el 570. De esta iglesia sus reliquias fueron trasladadas más tarde en la Catedral de Benevento.