BEATA LINDALVA JUSTO DE OLIVEIRA
1993 d.C.
7 de enero
Lindalva Justo de Oliveira nació
20 de octubre de 1953 en Sitio Malhada da Areia, en una zona muy pobre de
Río Grande del Norte, Brasil. El padre de Lindalva, João Justo
da Fé, un granjero viudo. Su segundo matrimonio fue con María
Lúcia de Oliveira. La pequeña Lindalva fue la sexta de 13 niños
nacido a la pareja. Lindalva fue bautizada el 7 de enero de 1954.
Su familia no era pudiente, pero era rica en la fe cristiana. João
mudó a su familia a Açu para que sus niños pudieran asistir
a la escuela, y después de muchos sacrificios él consiguió
comprar una casa donde la familia reside todavía hoy.
Siguiendo el buen ejemplo de su madre, Lindalva demostró una inclinación
natural hacia los niños más pobres y compartió mucho
tiempo con ellos.
A edad 12, Lindalva recibió su Primera Comunión,
y durante sus años escolares ella estaba siempre contenta de ayudar
al menos afortunado. Después, en 1979, mientras vivía con su
hermano Djalma y su familia, en Natal, ella obtuvo el diploma de ayudante
administrativo.
De 1978 a 1988 ella tuvo varios trabajos en ventas al menudeo
y como cajera en una estación de gasolina, enviando algo de su salario
a casa para ayudar a su madre. Lindalva encontró tiempo para visitar,
todos los días después del trabajo, el asilo de ancianos de
la localidad.
En 1982, mientras ayudaba amorosamente a su padre en los últimos
meses de su enfermedad terminal, meditó en serio sobre su vida y decidió
servir a los pobres. Se registró entonces en un curso de enfermería,
pero también disfrutó esas cosas típicas de la juventud:
hacer amistades, lecciones de guitarra y estudios culturales.
En 1986 participó en actividades vocacionales de las
Hijas de Caridad. Después de que recibió el Sacramento de Confirmación
en 1987, Lindalva solicitó ser admitida por dicha congregación.
En la Fiesta de Nuestra Señora de Lourdes, 11 de febrero de 1988, ingresó
al noviciado siendo su presencia moralmente edificante para sus compañeros
por su alegría y la genuina preocupación por el pobres.
Su carácter estaba marcado por una dulce disposición
pero también por la sinceridad. En una carta a Antonio, su hermano
alcohólico, escribió: "Piensa sobre esto y interiorízalo
en ti. Yo oro muchísimo por ti y continuaré orando, y si es
necesario haré penitencia para que seas capaz de revindicarte como
persona. Sigue a Jesús, quien luchó hasta la muerte por los
pecadores, dando hasta su propia vida, no como Dios sino como hombre, para
el perdón de pecados. Debemos buscar refugio en Él; sólo
en Él la vida merece la pena". Un año después su hermano
dejó de beber.
El 29 de Enero de 1991 Sor Lindalva fue asignada a atender a 40 pacientes
terminales, todos hombres, en el centro de salud municipal en Salvador da
Bahia. Emprendió las tareas más humildes y buscó servir
a aquéllos que más sufrían tanto espiritual como materialmente
animándolos a la recepción de los sacramentos. Sor Lindalva
cantaba y oraba con ellos, e incluso pasó las pruebas de conducción
para poderlos sacar a pasear.
Durante Enero de 1993, un tal Augusto da Silva Peixoto, un
varón de 46 años de edad, de un carácter irascible,
usando una recomendación logró ser admitido en las instalaciones
aunque él no tenía ningún derecho para estar allí.
Sor Lindalva lo trató con la misma cortesía y respeta que a
los otros pacientes, pero él se enamoró de ella.
Ella se distanció prudentemente de él y era muy
cuidadosa al tener que atenderlo. No obstante, él expuso explícitamente
sus intenciones lujuriosas hacia ella. Una simple solución hubiera
sido que Sor Lindalva dejara el lugar, pero su amor por los ancianos la hizo
declarar, "prefiero verter mi sangre que dejar este lugar."
Por el 30 de Marzo los acosos de Augusto se pusieron tan insistentes
y aterradores que ella buscó la ayuda de un oficial de seguridad para
frenar a este paciente desobediente. Aunque él prometió mejorar
su actitud y conducta, se llenó de tal odio y venganza que desarrolló
un plan asesino.
El 9 de abril de 1993, Viernes
Santo, Sor Lindalva tomó parte del Vía Crucis parroquial a
las 4:30 por la mañana. Tipo 7 de la mañana regresó a
su trabajo para preparar y servir el desayuno como lo hacía todos los
días. Mientras ella servía el café Augusto se acercó
y empujó un cuchillo de pescadero sobre su cuello.
Cayó al suelo y llorando repetía varias veces
"Dios me protege". Los pacientes corrieron buscando protección. Envuelto
en un rapto demente Augusto la apuñaló 44 veces, "¡debí
de haber hecho esto antes!".
Tranquilizándose entonces de repente, se sentó
en un banco, limpió el cuchillo en sus pantalones, lo tiró en
la mesa y exclamó: "¡Ella no me quiso!", y volviéndose
al doctor, dijo, "Puede llamar a la policía, no huiré; hice
lo que tenía que hacer".
Al día siguiente, Sábado Santo, el Cardenal Lucas
Moreira Neves, O.P., Primado de Brasil, celebró el entierro de la hermana
de 39 años de edad y comentó: "Unos pocos años fueron
suficientes para que Sor Lindalva coronara su vida Religiosa con el martirio."
El 2 de Diciembre de 2007 fue beatificada en San Salvador da
Bahía (en el Estadio de Barradão) por el Prefecto de la Congregación
para la Causa de los Santos, Cardenal José Saraiva Martins, delegado
para este fin por Su Santidad Benedicto XVI.