BEATA MARIA ANNA SUREAU BLONDIN
1890 d.C.
2 de enero
Beata Marie-Ane Blondin, Esther
Blondin, Hermana Marie-Anne, nace en Terrebonne (Québec, Canada), el
18 abril de 1809, dentro de una familia hondamente cristiana. Al igual que
todo profeta investido por una misión en favor de los suyos, Madre
Marie-Anne vivió la persecución, perdonando sin restricción,
pues estaba convencida que "hay más felicidad en perdonar que en vengarse".
Este perdón evangélico era para ella la garantía de "la
paz del alma" que ella consideraba como "el más precioso bien". Dió
un último testimonio de eso en su lecho de agonía cuando pidió
a su superiora llamar al Padre Maréchal "para edificar a las Hermanas".
Frente a la muerte, Madre Marie-Anne deja a sus hijas a manera de testamento
espiritual, estas palabras que resumen su vida: "Que la Eucaristía
y el abandono a la Voluntad de Dios sean vuestro cielo en la tierra". Entonces
se apagó apaciblemente en la Casa madre de Lachine, el 2 de enero
de 1890, "feliz de irse donde el Buen Dios" que ella había servido
toda su vida.