BEATA RITA AMADA DE JESÚS
1913 d.C.
6 de enero
Beata Rita Amada de Jesús,
(Rita López de Almeida) fundadora. nació el 5 de Marzo de 1848,
en un pequeño pueblo de la parroquia de Ribafeita, Diócesis
de Viseu - Portugal. Pocos días después fue bautizada con el
nombre de Rita Lopes de Almeida.
Creció en un ambiente familiar de mucha piedad, donde
en las noches se hacía lectura espiritual. Desde su niñez demostró
una devoción especial a Jesus Sacramentado, la Santísima Virgen
y S. José, así como cariño por el Santo Padre, quien
en ese tiempo se encontraba en exilio.
La Iglesia en Portugal continuaba a ser perseguida por parte
de la Masonería, que se apoderó de los bienes eclesiásticos,
cerró los Seminarios, y Casas de Religiosos. A los Institutos de Religiosas,
les prohibió la admisión de Novicias. Obispos y sacerdotes provenientes
de familias de alto nivel económico fueron objeto también de
ataques. Debido a esto no podían dedicarse a su ministerio completamente,
ya que tenían que defenderse. Todo esto debilitó en parte la
Iglesia.
Pero esta situación política no apagó
el ansia de una auténtica vida cristiana que la familia de Rita experimentaba,
en especial sus Papás, así como el deseo de comunicarla a los
demás. En este ambiente familiar Dios suscitó en Rita la vocación
misionera, para liberar la juventud del indiferentismo religioso, y fomentar
los valores morales, y así con este apostolado pudo fortalecer la familia.
Su celo apostólico hizo de ella una itinerante. Iba
de pueblo en pueblo y enseñaba a orar. A través del Santo Rosario
y otras oraciones deseaba despertar en los corazones de quienes la escuchaban,
la imitación de Nuestra Señora, Madre de Dios.
En su apostolado buscaba siempre las personas que llevaban una vida inmoral,
y hacía todo lo posible para rescatarlas del mal y conducirlas a Dios.
Este estilo radical de apostolado, la hizo objeto de amenazas de muerte.
A la oración unió la penitencia. Para llevar
a cabo este objetivo, logró conseguir algunos “instrumentos de mortificación”,
en sus visitas a las Hnas. Benedictinas del Convento de Jesus a Viseu.
En este tiempo, con la ayuda de su Confesor, pudo discernir que Dios la
llamaba a la Vida Consagrada. En esta Época no era posible entrar
a ningún Instituto, debido a que las leyes masónicas prohibían
la entrada de novicias. Por lo tanto, Rita siguió en el “mundo”, entregada
al apostolado y a las prácticas de mortificación, con la esperanza
de poder consagrarse a Dios en el futuro. Durante este tiempo rechazó
pretendientes, algunos de ellos ricos, pues según ella ya había
hecho su consagración a Dios en el íntimo de su corazón.
Su consagración a Dios la llevó a la práctica
frecuente de la Comunión Reparadora, que fomentó su fervor Eucarístico,
y a la devoción al Sagrado Corazón. Dios hizo de ella un verdadero
apóstol concediéndole una pasión por la salvación
de las almas.
Colaborando con el apostolado de Rita, sus padres llegaron a albergar en
casa mujeres muy deseosas de conversión.
Como a los 20 años de edad, su deseo de consagrarse a Dios aumentó
considerablemente. Compartió con sus padres este su gran deseo. No
obstante la fe y vida ejemplar cristiana de sus padres, sus padres no aprobaron
su decisión. Rita no desistió, al contrario, continuó
nutriendo la esperanza de realizarlo. Y a la edad de 29 años logró
entrar a una Congregación.
Esta congregación era la única que existía en Portugal
porque era extranjera, y se dedicaba solo a ayudar a los pobres. Pero como
el carisma de este Instituto era diverso del tipo de celo apostólico
que ardía en su corazón, Rita no se pudo identificar con el.
El Director Espiritual de la Comunidad, en quien Rita confiaba
plenamente, vio que la Voluntad de Dios para ella, era: el recibir y educar
niñas pobres y abandonadas. Rita salió de este Instituto, de
origen francés, a la edad de 32 años.
De acuerdo con el Rev. P. Francisco Pereira, S.J. buscó
los medios para prepararse y realizar su futura y urgente misión. Rita
era dotada de muchos dones y virtudes y de naturaleza piadosa, y solo deseaba
cumplir la voluntad de Dios.
Dócil a su Director Espiritual, logró vencer los conflictos
político y religiosos y fundar un Colegio-Instituto de Jesús,
María y José, en la Parroquia de Ribafeita, con la espiritualidad
de la Sagrada Familia, el 24 de Septiembre, 1880.
En breve tiempo, este tipo de apostolado se extendió a otras diócesis
de Portugal. En las diócesis de Viseu, Lamego y Guarda, las autoridades
civiles trataron siempre de suprimirlo. Experimentó dificultades de
carácter económico, asi como con una religiosa de su Instituto.
Aún más, en el año 1910, se desencadenó
una feroz persecución contra la Iglesia. Todos los Institutos fueron
suprimidos, sus propiedades fueron expropiadas incluyendo el Instituto de
Madre Rita, quien consiguió refugiarse en su tierra natal.
Es aquí donde poco a poco logró localizar sus religiosas dispersas
debido a la situación política, y reagruparlas en una humilde
casa de Ribafeita. Desde este lugar, envió varios grupos de ellas a
Brasil, que perpetuaron el Carisma de la Fundadora. En esta forma su Instituto
pudo sobrevivir.
Madre Rita, falleció el 6 de Enero de 1913, en Casalmendinho
(Parroquia de Ribafeita), en olor de santidad. Su funeral, fue presidido por
el Vicario General de la Diócesis, y fue un acción de gracias
a Dios por el don de esta religiosa a la Iglesia y al mundo.