Cerca de Munich, en Baviera, de Alemania, Beato Antonio Rewera, presbítero y mártir, que, por su confesión en favor de Cristo, desde Polonia fue internado en el campo de concentración de Dachau, y por medio de los tormentos alcanzó la corona del martirio.

   Nació en Samborzec (Sandomierz). Ingresó en el seminario de Sandomierz, pasando en 1889 a la Academia de San Petersburgo, donde se graduó en Teología. Fue ordenado sacerdote en 1893. Apenas había comenzado su labor como vicario de la parroquia de la catedral de Sandomierz, cuando fue nombrado professor del seminario, y al poco tiempo, vicerrector del mismo.
 
   Gracias a su cultura y celo religioso fue nombrado director espiritual de los seminaristas. En 1903, entró en el cabildo catedralicio, del que llegó a ser deán. El papa Benedicto XV lo nombró su prelado doméstico. Se le confió la dirección espiritual de la Orden Tercera de San Francisco y organizó para las terciarias la Asociación de la Casa del Pueblo. En ella fundó la Congregación de las Hijas de San Francisco Seráfico, a las que dirigió hasta que fue arrestado. Fue administrador de las parroquias de San Pablo y de San José de Sandomierz.

   En 1942, fue arrestado por la Gestapo. Tras dos semanas de cárcel fue enviado al campo de concentración de Owiecim, y de allí al de Dachau. No soportó las durísimas condiciones del campo y pereció ese mismo año. Su cuerpo fue incinerado.