BEATO CARLOS LE BON
1127 d.C.
2 de marzo
Beato Carlos Le Bon, conde de Flandes.
Este santo, más ilustre aun por su caridad para con los pobres que
por su corona de conde, los visitaba descalzo, les besaba la mano con respeto,
persuadido de que a Jesucristo mismo era a quien daba limosna. En una ocasión
obligó a un hombre rico a que le vendiese a precio razonable, para
repartirlo entre los pobres, el trigo que tenía reservado. Este miserable
esclavo del dinero le dio muerte en momentos en que oraba ante el altar de
la Santísima Virgen. ¡Qué preciosa muerte la de Carlos,
que murió, por la caridad, ante el altar de la Madre del amor hermoso!
Meditación sobre las señales de nuestra predestinación:
I.
Nadie sabe en este mundo si es un predestinado o un réprobo.
Con todo, hay señales de predestinación que son casi infalibles.
Si Dios te envía aflicciones, y tú las recibes con sumisión
y paciencia, es una señal de que irás al cielo con Jesucristo,
pues llevas su cruz y te conformas con este modelo de predestinados. Tiembla
pues, tú, dichoso en este mundo, que gozas de los placeres y que todo
tienes a medida de tu deseo: sigues las huellas del rico epulón; vas
por camino contrario al que Jesucristo te dijo que siguieras para llegar al
cielo. Es menester entrar en el reino de los cielos por muchas tribulaciones.
(Hechos de los Apóstoles).