BEATO DANIEL BROTTIER
1936 d.C.
28 de febrero
Nació en La Ferté
Saint-Cyr (Francia), su biógrafo no escribió datos de su familia
y su niñez, sólo se tienen datos biográficos a partir
de su ingreso en el seminario diocesano y al ser ordenado sacerdote. Para
evangelizar en África, se unió a los misioneros de la congregación
del Espíritu Santo. Enviado a Senegal en 1902, su celo apostólico
se volcó en dar a conocer a Cristo entre los paganos. Durante siete
años de predicación, enfermó debido a las carencias y
el clima africano. Regresó a su país y se dedicó a educar
y asistir a niños y jóvenes abandonados. Al estallar la Primera
I Guerra Mundial se preguntó: "¿Qué puedo hacer frente
a esta barbarie que arrasa con la salud, la vida y la civilización?",
la respuesta fue ofrecerse como capellán de los militares. Durante
cuatro años de entrega arriesgó la vida.
Fue esperanza para los soldados y salvación para los
moribundos. Los testigos de su trabajo reconocieron su estoicismo y le hicieron
digno de la Legión de Honor y la Cruz de Guerra. En 1923, después
de la contienda se ocupó de la dirección de la Casa de Huérfanos
Aprendices de Auteil, con 175 alumnos Trece años después, antes
de su muerte, la población estudiantil aumentó a 1400. Confió
el mantenimiento de la obra a la Providencia divina y a la intercesión
de santa Teresa del Niño Jesús, y nunca faltó lo necesario
en la institución. El padre Brottier destacó por ser hombre
de oración y humildad, con dotes de creatividad, iniciativa y capacidad
administrativa. Propició la construcción de la Catedral de Dakar
(Senegal) y participó en la integración de la Unión Nacional
de Excombatientes, obra de beneficio social Durmió en la paz del Señor,
en París, y los milagros se suscitaron Juan Pablo II lo beatificó
en 1984.