SAN JOSÉ VAZ
1711 d.C.
16 de enero
En Kandy, ciudad de la isla
de Ceilán (hoy Sri Lanka), en el Océano Índico, beato
José Vaz, presbítero, de la Congregación del Oratorio,
que se entregó con inusitado fervor a predicar el evangelio de salvación
a los católicos diseminados por aquellas tierras, confirmando en la
fe a los que permanecían escondidos.
Nació en Benaulim (India), entonces
Goa, colonia portuguesa el 21 de abril de 1651, de padres cristianos aunque
descendientes de brahamanes. Después de realizar su estudios humanísticos
y literarios en la ciudad de la Vieja Goa, se ordenó sacerdote en
1676 y fue comisionado como Vicario Apostólico de la región
de Kanará en 1681, aunque en su corazón estaba el deseo de
partir a la isla de Ceylán, donde los católicos carecían
de sacerdotes desde la colonización holandesa y la introducción
del protestantismo calvinista.
Convencido de que sólo no podía realizar muchas
cosas a favor de la fe en Ceylán, decidió formar un núcleo
de sacerdotes con ideales misioneros, para acoger vocaciones originarias
del lugar –novedosa iniciativa para la época- y así contrarrestar
el rechazo hacia los europeos a quienes veían como invasores portugueses
u holandeses.
Con treinta y un anos de edad el P. Vaz inició una pequena
comunidad que se estableció en la iglesia de la Santa Cruz de los
Milagros. Surge entonces la necesidad de darse un estatuto para normar su
vida y trabajo comunitario, y deciden adoptar la constituciones de la Congregación
del Oratorio fundada por san Felipe Neri en Roma., dedicándose a la
oración, la predicación y la caridad con los hambrientos que
abundaban en la “Dorada Goa”.
Así las cosas, se resuelven ir a Ceylán dos sacerdotes,
un hermano y un joven laico en 1687. Entran clandestinamente en la isla,
como mendigos errantes para poder atender a los católicos ocultos.
Se extienden de la costa al centro de la isla en el reino de Kandy, desarrollando
una amistad con el rey Vimaladharma Surya II, y a su muerte en 1708, con
su hijo Narendrasinha, ambos busdistas pero bien dispuestos con los misioneros
católicos.
Recorrió Ceylán, descalzo, pidiendo comida de
puerta en puerta. Al igual que sannyasis de la India, llevaba cuentas de
oración alrededor de su cuello -él llevaba el rosario- quizás
también un cántaro. Durante sus viajes, se aferra a las cuentas
del rosario y lo recita alternadamente con sus companeros con gran devoción
a la Santísima Virgen, de quien se declara “esclavo de María”.
Visitaba a los enfermos -especialmente durante la epidemia de
viruela que se inició en 1697- y a los cristianos en la cárcel,
reanimando la fe de los católicos, hasta el día de su muerte
el 16 de enero de 1711. Será recordado por su habitantes como Maha
Swamy (gran padre) y por su Congregación del Oratorio de Goa reconocida
por las autoridades eclesiásticas de la India, Portugal y Roma, manteniendo
su espíritu hasta la supresión de las órdenes religiosas
por las autoridades de Portugal en 1835.
Su causa de canonización se inició en 1737 pero
quedó dormida. Sólo dos siglos más tarde, el 21 de enero
de 1995, en Colombo, fue beatificado por el papa Juan Pablo II, con ocasión
de su visita apostólica a Sri Lanka, la antigua Ceylán. Litúrgicamente
se celebra el 16 de enero