BEATO MATEO GAROLERA MASFERRER
1936 d.C.
1 de octubre
Mártir de la persecución
religiosa en España entre 1934 y 1937. Beatificado junto con otros
497 mártires el 28 de octubre de 2007 en Roma. (1888-1936).
Nació en San Miquel de Olladels, Gerona. A los 25 años
entró como empleado doméstico en la casa de Sarriá y,
ganado por el ambiente de familia de esa casa salesiana, marchó al
noviciado de Carabanchel Alto. Allí profesó como coadjutor
salesiano en 1916. Después de pasar un año en Sarriá,
de 1917 a 1923 estuvo en La Coruña. Seguidamente estuvo seis años
en Orense y de 1929 a 1936 en Madrid-Atocha.
Don Mateo, igual que los demás salesianos de la comunidad, se vio
sorprendido por las milicias en el asalto a la casa de Atocha. Alineado con
otros hermanos de cara a la pared, bajo la amenaza de los fusiles, sacó
serenamente su rosario y comenzó a rezar. Alguien se lo tachó
de imprudencia, pero él replicó: “¿Por qué nos
vamos a avergonzar de aparecer lo que somos?” Uno de los milicianos le instó
amenazadoramente a que lo tirara, él se negó. “¡Qué
importa que me maten! –dijo-, más pronto iré al cielo”. Y siguió
rezando.
La llegada de los guardias de asalto procuró, como sabemos, la libertad
a los salesianos. Don Mateo se dirigió entonces a la portería
del domicilio de los condes de Plasencia, en la calle Juan Bravo, 32, donde
estuvo refugiado durante quince días. Para no causar problemas a sus
protectores se procuró después alojamiento en la calle Santa
Isabel, 40, en casa de una cooperadora salesiana. También tuvo que
marcharse de allí ante la manifiesta hostilidad de algunos vecinos
del inmueble.
Parece que el refugio de don Mateo, desde aquel momento, fue la pensión
Loyola. Al menos, allí fue donde le detuvieron el día 1 de
octubre de 1936. Al pedirle la documentación, don Mateo presentó
unos libros religiosos. Su hablar lento y calmoso en el interrogatorio, sirvió
a los milicianos para dictaminar: “Hasta en el habla se le conoce que es
fraile”. Inmediatamente fue arrestado y conducido a la checa de Fomento.
En ella se encontró con los salesianos detenidos en la pensión
Nofuentes. Pero la suerte final de don Mateo permanece velada. Probablemente,
fue fusilado el 2 de octubre de 1936.