BEATO SIMÓN BALLACHI
1319 d.C.
3 de noviembre
Simón Ballachi entró
a servir a Dios como hermano lego en el convento de los dominicos de Rímini,
su ciudad natal, a los veintiséis años de edad. Como si la humildad
de su estado no bastase, Simón se mortificaba aún más
al ofrecerse para ejecutar los trabajos más bajos y al disciplinarse
con una cadena de hierro.
Ofrecía todos sus sufrimientos por la conversión
de los pecadores. Se dice que el demonio se le aparecía y le hacía
sufrir mucho.
Simón estaba encargado del huerto. Tenía predilección
por las almas infantiles y solía recorrer las calles con una cruz en
la mano, para llamar a los niños al catecismo.
A los cincuenta y siete años quedó ciego y así
vivió doce más. En los últimos años tuvo que guardar
cama. Soportó esas pruebas con valor y alegría. Dios le premió
con el don de milagros, y el pueblo le veneró como Santo en cuanto
murió. Su culto fue confirmado en 1821.