BENEDICTO VIII
1012-1024 d.C.
Otra familia feudal,
los condes de Tusculum (la actual Frascati, en las cercanías de Roma)
se levantó contra los Crescencio e impuso a Benedicto VIII en perjuicio
del candidato de Crescencio, el antipapa Gregorio.
El emperador apoyó a Benedicto y, en 1014, se dejó
coronar y ungir en Roma, junto a su esposa, la emperatriz Cunigunda, la futura
Santa. Por primera vez en Occidente, el emperador recibió del Papa
no sólo la corona, sino también el globo con la Cruz, lo que
simbolizaba el poder universal.
Papa y emperador asistieron al concilio de Pavía (1022)
después de haber combatido contra los sarracenos, que habían
avanzado hasta Pisa, y contra los bizantinos, que amenzaban las regiones
meridionales. Severas medidas fueron tomadas en Pavía contra los sacerdotes
simoníacos y los que no respetaban el voto del celibato.
Benedicto, teniendo en cuenta las reformas que patrocinó,
en el sentido preconizado por Cluny, aparece hoy como un precursor de Gregorio
VII y de su gran reforma eclesiástica. El Credo del concilio de Nicea,
de 381, fue definitivamente incorporado a la Misa.