BEATO BERNARDINO DE ANDUJAR
1936 d.C.
16 de septiembre
Fray Bernardino, cuyo nombre fue Pablo Martínez Robles,
vino al mundo a orillas del Guadalquivir, en la ciudad de Andújar
(Jaén), el 28 de enero de 1879, y tres días después
recibe las aguas bautismales. Apenas frecuentó la escuela local por
cuanto sus padres, de escasos recursos económicos, muy pronto lo dedican
al oficio de alabartero, que alterna con los trabajos agrícolas. Se
traslada a Córdoba y pronto entabla amistad con el administrador de
los Ermitaños de Sierra Morena, con quienes inicia el noviciado.
Apenas frecuentó la escuela local por cuanto sus padres,
de escasos recursos económicos, muy pronto lo dedican al oficio de
alabartero, que alterna con los trabajos agrícolas. Se traslada a
Córdoba y pronto entabla amistad con el administrador de los Ermitaños
de Sierra Morena, con quienes inicia el noviciado.
Los veinte años siguientes los pasa en las escuelas de
reforma de Madrid, Sevilla y Zaragoza colaborando fielmente en los quehaceres
de la cocina, el campo y la enfermería. Su última residencia
fue el Convento de Nuestra Señora de Monte Sión, de Torrent
(Valencia), donde desempeña su labor de sacristán de la iglesia
y donde le sorprende la persecución religiosa.
Halla piadosa acogida en dicha población, pero el 13
de agosto de 1936 es detenido y recluido en la cárcel del pueblo,
de donde es sacado, en compañía del P. Laureano Mª de
Burriana y de su hermano Fray Benito Mª de Burriana, y asesinados los
tres en la Masía de Calasbarra, de Turís (Valencia), la noche
del 15 al 16 de septiembre de 1936.
Fray Bernardino era bajito, llenito de carnes, de carácter
tranquilo, acogedor, y con su gracejo andaluz no exento de la natural gracia
de las gentes del sur. Era la fiel imagen del franciscano más orondo,
siempre portador de paz y bien, que facilitaba la convivencia fraterna en
el convento. Destacaba por su vida de oración intensa, manifestando
una especialísima devoción a la Eucaristía, a la Virgen
de los Dolores y al Patriarca San Francisco.