FRAY BERNARDO DEL ESPÍRITU SANTO
MARTÍNEZ Y OCEJO
O.C.D.
Quinto Obispo de Sonora
Nació en Comillas, Santander.
Fue consagrado Obispo en México el 27 de abril de 1827. Tomó
posesión en febrero de 1818. Murió en Villa de San Sebastián,
hoy Concordia, Sinaloa el 23 de julio de 1825.
Religioso de la Orden de Carmelitas Descalzos, nació
el 21 de mayo de 1759 y fue bautizado en la Villa de Comillas, Obispado de
Santander, ingresó a esta orden en junio de 1779 en la ciudad de Puebla
de los Ángeles, ordenado presbítero en la Ciudad de México,
comenzó a ejercer el magisterio dentro de la orden, en 1795 fue nombrado
prior del convento de Querétaro y en 1813 Provincial de la Orden de
Carmelitas Descalzos en la Nueva España. Al tomar el hábito
carmelita tomó el nombre de fray Bernardo del Espíritu Santo.
Era confesor del virrey de Nueva España (septiembre 1808-julio 1809),
mariscal de campo Pedro de Garibay y recién había concluido
su periodo de tres años de provincial, cuando fue preconizado obispo
de la diócesis de Sonora, con sede episcopal en Culiacán, el
14 de abril de 1817. Fue consagrado obispo el 27 de septiembre de 1817 por
el Arzobispo de México Dr. Pedro José de Fonte en la iglesia
Santa Teresa La Antigua en la ciudad de México. Fue el quinto obispo
de Sonora. Administraron la diócesis vacante los sacerdotes Lic. Francisco
de Angúlo y José Joaquín Calvo. Como quinto obispo de
Sonora, Fray Bernardo del Espíritu Santo realizó una visita
pastoral por Sonora y Sinaloa, llegando hasta el presidio Real de San Agustín
del Tucsón.
Sufrió trabajos e incomodidades en su recorrido de 1200
leguas, confirmó más de sesenta mil personas y la concluyo
en abríl de 1821. Como resultado de dicha visita autorizó pocos
meses el establecimiento de la parroquia de Hermosillo.
El último obispo de Sonora durante la época colonial,
llevó al extremo su fidelidad a los reyes borbones y se opuso, con
más ardor que doctrina, a la independencia de México, como
ocurrió con todos los obispos de la Nueva España.
En su Carta Pastoral, denostó contra el Padre Hidalgo,
llamándolo: "fiel sectario de los espíritus fuertes, y partidario
de sus errores", Por culpa del Padre de Dolores "lo sagrado y lo profano,
lo divino y lo humano, lo eclesiástico y lo civil, ha tenido una misma
suerte; ha sido arruinado".
De acuerdo con el gobernador intendente de las provincias, brigadier
Antonio Cordero, giró instrucciones para que se jurara en todos los
pueblos la Constitución de Cádiz y lo mismo ordenó en
27 de septiembre de 1821 a todos los párrocos, para que se hiciera
igualmente con la independencia de acuerdo con el Plan de Iguala y que franquearan
las iglesias para que los actos relativos revistieran mayor solemnidad. El
8 de diciembre dispuso igualmente que se celebraran honras fúnebres
en todos los templos por el descanso de las almas de los individuos que habían
fallecido en defensa de la causa de la independencia. En estos días
se manejó con moderación y prudencia en todos sus actos, aunque
no faltaron díscolos que lo señalaran con desafecto al nuevo
régimen independiente.
En pastoral del 8 de julio de 1822 previno que habiéndose
verificado la separación de México de España, en el
canon de la misa y en la colecta se nombrara al emperador Agustín
I en lugar del rey Fernando VI; fue nombrado Caballero de la Orden de Guadalupe;
planteó la necesidad de crear otro obispado con las Californias; fue
llamado a formar parte de la Primera Diputación Provincial de Sonora
y Sinaloa y presidirla, pero al no asistir a la apertura de sesiones, su
cargo lo toma el Teniente Coronel Antonio Pascual Narbona;5 avisó
al Ministerio de Justicia sobre el levantamiento de los indios mayos desde
Santa Cruz hasta Mochicahui, reentidos por el mal trato que les daba el jefe
político de Sinaloa, y dirigió una pastoral a los párrocos
y curas doctrineros para que contribuyeran a aplicarlas y los hicieran volver
a su pueblos.
Salió en defensa de su secretario, presbitero Carlos Espinosa
de los Monteros, diputado al Congreso General que se había retirado
de la ciudad de México sin permiso del hermano de éste, Fernando,
quien por la misma causa había ido removido de la jefatura política
de Sinaloa.
En 1824 aparecieron en Guaymas los primeros brotes de la masonería,
dictó órdenes para prevenir a sus ovejas y prohibió
el baile del vals y la contradanza que hicieron su aparición en la
misma época, bajo pena de excomunión.
Ordenó a los titulares de las parroquias que, con excepción
de Arizpe que tenía título de ciudad, no recibieran a los ayuntamientos
en las puertas de las iglesias y el 1 de julio de 1823 envió a su
adhesión al Supremo Poder Ejecutivo Federal constituido a la caída
de Iturbide.
En febrero de 1825 nombró gobernador de la mitra al presbítero
Miguel Epinosa de los Monteros y días después inició
su segunda visita pastoral por los pueblos del este de Sinaloa. Prosiguió
rumbo al sur, se vio obligado a suspenderla en Concordia por haber enfermado
de gravedad y falleció el 23 de julio del mismo año a las doce
del día. Sus restos fueron sepultados en la iglesia del lugar.