BEATA BERTA DE BINGEN
Siglo IX d.C.
15 de mayo



   En la lista de innumerables santos venerados por la Iglesia Católica, es muy a menudo, que el origen de la santidad de los distintos personajes, no es la educación, la formación de la fe cristiana en Cristo, enviado por sus madres, que en muchos casos También son venerados como santos o bendita; por ejemplo s. Mónica y s. Agustín, s. Elena y s. Constantino, la Sierva de Dios Madre Margherita y s. Juan Bosco, etc.

   Y estas figuras santas de las mujeres, pertenece la bendita madre de Berta s. Rupert de Bingen; la "vida" de los dos santos se compiló para honrar su memoria, la abadesa del monasterio de Bingen (diócesis de Maguncia), donde estaban las reliquias, Santa Hildegarda (siglo XII), que aprendió la noticia a través de sus notas visiones místicas.

   Berta vivió en el siglo VIII, fue la hija del duque de Lorena, príncipe alemán de una región no especificada; estaba destinada a casarse con el príncipe de pago Robolao (o Roboldo), en la época de Carlomagno (742-814), recibiendo una gran dote consistente en vastos territorios a lo largo de la región del Rin.

   Ser practicante cristiano, trataron de convertir a su esposo, pero fue en vano; cuando estos, todavía joven lucha muerto, Berta enfrentaron viudez con valentía y se retiraron con su joven hijo tres años Ruperto, en su propiedad en Bingen (Alemania), dedicándose con gran celo a su educación cristiana.

   Ruperto creció fiel a las enseñanzas de la madre y con el consejo del sacerdote Wigberto su tutor y director espiritual, se lanzó a las prácticas devocionales y las obras de caridad. La madre Berta se unió a él, cuando él ya era 12 años, la fundación de un monasterio en el barrio de Bingen y un hospicio para los pobres; la obra de misericordia hacia los más débiles en una continua y fructífera colaboración entre madre e hijo y se vio interrumpida sólo dall'immatura muerte a los 21 años de Ruperto.

   Berta me sentí un gran dolor, templado por el consuelo de ver la veneración de la que fue cubierto inmediatamente por la población. Tras el duelo, Berta comenzó a vivir una vida de oración y penitencia, dando a su propiedad y riqueza para el sustento de los monjes, que vivían en el monasterio donde estaba la tumba de Rupert.

   Sobrevivió a su hijo de 25 años, la muerte se la llevó a mediados del siglo IX; fue enterrado cerca de la tumba del hijo que se había convertido en un lugar de peregrinación, de modo que toda el área fue nombrada Rupesberg. Durante las invasiones normandas de seg. X, las dos tumbas fueron violados, pero su culto se conservó. Berta desde los primeros tiempos era considerada "bendita" y su partido, junto con s. Ruperto se celebra el 15 de mayo.

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(Samuel Miranda)