BIOGRAFÍA DE BARTIMEO, EL CIEGO



   Crezco en una familia católica tradicionalista. Algo que recuerdo de mi madre es que “Dios tolo lo ve y te puede castigar por las cosas malas que hagas”. Soy bautizado, confirmado, recibo mi primera comunión antes claro mi primera confesión.

   Casado ante Dios con una mujer maravillosa, pero sobre todo, una mujer llena del amor de Dios. Con poca instrucción religiosa me voy alejando de mi Iglesia, nunca llego a alguna otra, pero la ataco por la ignorancia y por no conocerla, esto me lleva a cometer muchos errores los cuales me van alejando más y más de ella, en este periodo mis adicciones y pasiones son las que me alejan mas de Dios, buscado algo que llene los vacíos que tengo me entrego a todas las cosas mundanas, el dinero, el trabajo y las mujeres,  estando por más de una vez a punto de perder a mi familia.

   Después de un periodo de 22 años, mi esposa me dice que los dos más chicos (mis hijos)  de la casa se tienen que preparar para su confirmación y comunión, ella como siempre se encarga de ver todo lo necesario para esto, para que ellos lleguen a estos sacramentos, le dicen a ella que los padres tiene que asistir también a tomar catecismo, como tantas veces ella es quien mas veces va a este curso y yo la acompaño de manera esporádica.

   Pero Dios tiende sus redes de diferentes maneras y en esas ocasiones lo que oía de el Sacerdote que nos daba el curso se me hacia interesante, esos mas el que mis hijos se integraran al coro parroquial me fue acercando, primero al catecismo, a misa y después al coro…  una vez en el coro los jueves al rosario y a la hora santa y sin saber aun muchas cosas ahí es donde todo empieza a dar un giro 360º grados.

   Empiezo primero por documentarme sobre la Hora Santa, la adoración Eucarística y descubro que nada de eso conocía que llamándome católico no sabia que era Jesús Sacramentado, es una tristeza por que ahora que estoy aquí me doy cuenta que no soy el único que muchos de nuestros hermanos católicos no lo saben.

   Esto despierta aun mas mi interés y asisto entonces a las Horas Santas como adorador y cantando a Jesús Eucaristía, con esto  empiezo a hacer ciertas participaciones con algún versículo bíblico, alguna reflexión o interpretación de la escritura. Pero no queda todo ahí recibimos el hermano con el que cantaba y yo una invitación a hacer o animar las horas santas de otra parroquia, esto nos da la oportunidad de ir descubriendo o desenterrando nuestro talentos, el mas y mas se mete en la música y yo con la escritura y con todos los documentos que puedo encontrar sobre y de nuestra iglesia.
Para la fiesta de Pentecostés al sacerdote de la parroquia donde ahora prestábamos servicio, los predicadores que darían un tema sobre el Espíritu Santo le cancelan y el Párroco nos comenta, mi compañero y hermano de adoración me avienta a mi y digo me avienta porque antes no pregunto si podía, le dice al padre “aquí esta Armando, el lo puede hacer”.

   Sin preparación alguna sin conocer mucho y solo reconociendo mi ignorancia empieza este camino de la predicación.
Doy el tema, con la compañía de mi esposa, enfrente de mi, con una incredulidad, que mas inundaba mi confianza en hacer esa labor.

   Para esas fechas también el sacerdote nos ofrece realizar adoraciones en la capilla donde hasta ahora se realizan, y aceptamos, empiezan “Las Tardes de Adoración” mi compañero cantando y yo haciéndole coros (desafinado y nunca a tiempo), pero ya mas metido yo en ese momento con la palabra de Dios y con oraciones ante el Santísimo.

   Por razones de fe, de tiempo y personales el mi hermano, mi compañero con el cual había empezado este proyecto y parte de mi conversión se retira de las tardes de adoración.

   Quedo al frente de este proyecto, sin saber cantar, sin tocar un instrumento, pero me apoyo en los diferentes grupos de animación litúrgica de la comunidad y ellos sin pensarlo empiezan a servir en esta labor, poco a poco se van sumando otros, primero del decanato, después del  interior del país, el Señor nos empieza a mandar adoradores, músicos de Dios de diferentes partes y esto a la gente a la iglesia le gusta este cambio de diferentes talentos, a la fecha se han sumado a estas adoración por gloria y bendición de Dios muchos.

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(Samuel Miranda)