BEATO BONIFACIO DE SABOYA
1270 d.C.
4 de julio
Nació en el castillo
de Sainte-Hélène-du-Lac en Saboya, era hijo del conde Tomás
I de Saboya y de Margarita de Ginebra. Siguiendo la voluntad paterna, ingresó
en la Gran Cartuja de Grenoble, donde se hizo notar por su espiritualidad.
Todavía no había profesado cuando fue elegido prior de la cartuja
de Nantua, y en el 1232, con 25 años y todavía subdiácono
fue elegido obispo de Belley por los canónigos de la catedral, que
deseaban como obispo a una persona de la nobleza. Cuando murió su
hermano Guillermo, que era obispo de Valenza, Bonifacio administró
la diócesis hasta 1242.
Por influencia de su sobrina, la reina santa Leonor, esposa
de Enrique III de Inglaterra, fue elegido arzobispo de Canterbury (1241),
sucediendo a san Edmundo Rich; por la muerte en breve tiempo de dos pontífices,
su nombramiento fue confirmado en 1243, por el papa Inocencio IV. Al año
siguiente llegó por primera vez a Inglaterra, donde fue ordenado diácono
y sacerdote por el obispo de Worcester; el rey había causado un desastre
financiero en la diócesis a causa de los excesivos impuestos, Bonifacio
se opuso con energía y obtuvo éxito pleno. Fue consagrado obispo
en 1245 por el papa Inocencio IV, durante el Concilio de Lyon, obteniendo
beneficios económicos para sanar la balanza de la diócesis
de Canterbury. Tomó plena posesión de la diócesis en
1249, iniciando la visita general de la diócesis y de la provincia
eclesiástica, luchando para reprimir los abusos del clero. Excomulgó
al deán y al clero de la iglesia de San Pablo de Londres, porque no
querían reconocer su autoridad y su visita, porque para ellos el que
debía hacerlo era el obispo de Londres. La misma resistencia tuvo
del priorato de San Bartolomé, que no querían reconocer su
autoridad, sino sólo la del obispo de Londres, Bonifacio en un exceso
de ira arrojó al suelo al viejo viceprior, desencadenando contra él
el furor de los londinenses que lo agradieron rompiéndole las vestiduras,
y acusándolo de transferir a Francia los réditos de los beneficios
ingleses. Liberado de la guardia, Bonifacio huyó en barca por el Támesis,
refugiándose en Lambeth, desde donde excomulgó al clero de
San Bartolomé y al obispo de Londres. También en San Albano
el clero se resistió, rechazando pagar las tasas apelando a Roma.
También Bonifacio apeló al Papa, acercándose
a Roma donde consiguió un compromiso, fueron confirmados los derechos
de la visita pastoral pero restringiendo su uso. Regresó a Inglaterra
en el 1252 y se unió con los barones rebeldes al rey Enrique III,
que obligaron al soberano a jurar y observar los pactos de la "Carta Magna",
suscrito por su padre el rey Juan sin Tierra y por los notables del reino.
En el 1256, Bonifacio marchó a Turín para obtener la libertad
de su hermano Tomás II prisionero de los turineses; siguió
con su trabajo en defensa de los derechos de la Iglesia de Inglaterra, convocando
un Concilio en el 1258 en Merton.
Tuvo que huir a Francia en 1262, cuando se puso de parte del
rey en contra de los barones rebeldes que iniciaron una guerra civil. Después
de tres años y después de la victoria del rey Enrique III,
pudo regresar a Inglaterra; dejó la isla por última vez en
el 1268, para acompañar a la cruzada al príncipe Eduardo, pero
enfermó gravemente, y lo dejó todo para ir a morir a su patria
de Saboya. Fue sepultado en la abadía cisterciense de Hautecombe en
el lago de Bourget. Su culto, muy extendido en Saboya, fue aprobado por Gregorio
XVI en 1838, a instancias del rey Carlos Alberto, debido a la veneración
que el pueblo cristiano le profesaba desde tiempo inmemorial.