SANTA CASILDA DE TOLEDO
Siglo XI d.C.
9 de abril
En la vida de esta santa se
mezclan a veces elementos legendarios e históricos. Nació en
Toledo de un alto dignatario musulmán. En Toledo había prisioneros
cristianos, y Casilda los trataba con misericordia y les llevaba víveres.
Un día en que les llevaba comida en su delantal, la sorprendió
su padre y, al querer averiguar lo que llevaba, encontró no alimentos
sino rosas. Los presos cristianos le hablaban de su fe, pero ella no podía
abrazarla.
Hasta que cayó gravemente enferma y los médicos
no conseguían curarla. Los mismos presos le hablaron de las aguas
de San Vicente, cerca de Briviesca en Burgos, que tenían poder curativo.
La joven musulmana, con permiso de su padre, acudió a bañarse
en aquellas aguas y, efectivamente, alcanzó la salud. Decidió
entonces quedarse en tierras cristianas, se preparó al bautismo y
lo recibió, optó por la virginidad y abrazó la vida
eremítica. Construyó allí cerca una ermita y un aposento
adjunto en el que vivió muchos años entregada a la vida de
piedad y oración, hasta que murió el 9 de abril de 1075.