Por Samuel Miranda
Así como las camisetas
traen una etiqueta para indicar la marca a la que pertenecen y para
decirnos las instrucciones de cómo deben lavarse y de qué
estan hechas; muchos de nosotros como católicos traemos colgada en
nuestra alma la etiqueta de católicos pero no vivimos nuestra fe.
La gran mayoría de los católicos sólo son religiosos cuando hay algún evento al cual acudir: una quinceañera, una boda, un bautizo, un funeral o una graduación. Sin embargo, con todo respeto hermanos, al Señor no le agrada que seamos católicos de etiqueta. Le disgusta que traigamos solamente colgada la etiqueta y que no vivamos lo que allí se señala: "eres católico".
Queremos un cristianismo cómodo. Acudir a la Iglesia sólo cuando "nos nace", siendo que al Señor le nace" todos los días darnos la vida, el alimento, el aire que respiramos, la familia, un techo. No vamos a Misa porque traemos ganas muchas veces sino porque nos hace falta y lo necesitamos.
Lo más triste es que cuando se llega a acudir a Misa ni siquiera escuchamos con atención, vamos a estar platicando, criticando o a utilizar el teléfono celular. Las personas salen de la Iglesia sin saber cuáles son las lecturas que se proclamaron o qué dijo el sacerdote en la homilía.
¿Dónde está en la Biblia que al Señor le disgusta los cristianos cómodos? me preguntará alguien. Les invito a leer lo siguiente que nos ofrece el libro del Apocalipsis 3,15-16 "Conozco tu conducta: no eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente! . Ahora bien, puesto que eres tibio, y no frío ni caliente, voy a vomitarte de mi boca".
Las palabras duras que acabamos de escuchar del libro del Apocalipsis nos indican que las personas frías son aquellas que no conocen a Dios y no están cerca de él. Las personas calientes son aquellas que han conocido a Dios y están cerca de su presencia, son las que asisten regularmente a la Iglesia los domingos, realizan obras de piedad y se esfuerzan por vivir el Evangelio en sus vidas. Las personas tibias son los católicos de etiqueta que solamente están con Dios cuando les conviene o se acercan a Él en una necesidad, o asisten a la Iglesia cuando les "nace". El Señor dice que a estas personas las vomitará de su boca. El vómito es algo que el cuerpo rechaza. Esperemos que el Señor no nos vaya a rechazar el día del juicio por lo que estamos haciendo con nuestra vida de Cristianos.
La Biblia nos enseña la importancia de asistir a Misa todos los domingos. En Éxodo 20, 9 leemos "Seis días trabajarás y harás todos tus trabajos, pero el día séptimo es día de descanso en honor de Yavhé tu Dios". Para el Pueblo de Israel que vivió en el Antiguo Testamento el día de descanso era el día sábado porque en ese día celebraban la liberación de la esclavitud en Egipto. Era tan grave el no respetar para los israelitas este día, que si a alguien se le sorprendía no respetándolo, el pueblo lapidaba a esa persona. En el Nuevo Testamento el día del Señor es el Domingo, ya que en este día Cristo venció la muerte y nos libró del pecado y de Satanás. Desde los inicios de la Iglesia era el Domingo el día sagrado "El primer día de la semana, estando nosotros reunidos para la fracción del pan...." (Hechos de los Apóstoles 20,7).
Hermanos te invito a reflexionar en lo siguiente: ¿Eres tú un católico de etiqueta?.
La gran mayoría de los católicos sólo son religiosos cuando hay algún evento al cual acudir: una quinceañera, una boda, un bautizo, un funeral o una graduación. Sin embargo, con todo respeto hermanos, al Señor no le agrada que seamos católicos de etiqueta. Le disgusta que traigamos solamente colgada la etiqueta y que no vivamos lo que allí se señala: "eres católico".
Queremos un cristianismo cómodo. Acudir a la Iglesia sólo cuando "nos nace", siendo que al Señor le nace" todos los días darnos la vida, el alimento, el aire que respiramos, la familia, un techo. No vamos a Misa porque traemos ganas muchas veces sino porque nos hace falta y lo necesitamos.
Lo más triste es que cuando se llega a acudir a Misa ni siquiera escuchamos con atención, vamos a estar platicando, criticando o a utilizar el teléfono celular. Las personas salen de la Iglesia sin saber cuáles son las lecturas que se proclamaron o qué dijo el sacerdote en la homilía.
¿Dónde está en la Biblia que al Señor le disgusta los cristianos cómodos? me preguntará alguien. Les invito a leer lo siguiente que nos ofrece el libro del Apocalipsis 3,15-16 "Conozco tu conducta: no eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente! . Ahora bien, puesto que eres tibio, y no frío ni caliente, voy a vomitarte de mi boca".
Las palabras duras que acabamos de escuchar del libro del Apocalipsis nos indican que las personas frías son aquellas que no conocen a Dios y no están cerca de él. Las personas calientes son aquellas que han conocido a Dios y están cerca de su presencia, son las que asisten regularmente a la Iglesia los domingos, realizan obras de piedad y se esfuerzan por vivir el Evangelio en sus vidas. Las personas tibias son los católicos de etiqueta que solamente están con Dios cuando les conviene o se acercan a Él en una necesidad, o asisten a la Iglesia cuando les "nace". El Señor dice que a estas personas las vomitará de su boca. El vómito es algo que el cuerpo rechaza. Esperemos que el Señor no nos vaya a rechazar el día del juicio por lo que estamos haciendo con nuestra vida de Cristianos.
La Biblia nos enseña la importancia de asistir a Misa todos los domingos. En Éxodo 20, 9 leemos "Seis días trabajarás y harás todos tus trabajos, pero el día séptimo es día de descanso en honor de Yavhé tu Dios". Para el Pueblo de Israel que vivió en el Antiguo Testamento el día de descanso era el día sábado porque en ese día celebraban la liberación de la esclavitud en Egipto. Era tan grave el no respetar para los israelitas este día, que si a alguien se le sorprendía no respetándolo, el pueblo lapidaba a esa persona. En el Nuevo Testamento el día del Señor es el Domingo, ya que en este día Cristo venció la muerte y nos libró del pecado y de Satanás. Desde los inicios de la Iglesia era el Domingo el día sagrado "El primer día de la semana, estando nosotros reunidos para la fracción del pan...." (Hechos de los Apóstoles 20,7).
Hermanos te invito a reflexionar en lo siguiente: ¿Eres tú un católico de etiqueta?.