BEATO CELESTINO JOSÉ ALONSO VILLAR
1936 d.C.
17 de agosto
Nació el 15 de junio
de 1862 en Margolles, Cangas de Onís (Asturias), bautizado el mismo
día, confirmado en 1872; decidió su ingreso en la vida religiosa
a los 17 años, tras participar en una misión predicada por
los padres jesuitas en Cangas de Onís; para ello se preparó
con el estudio del latín ayudado por un sacerdote en Infiesto. Tomó
el hábito en el convento de Corias (Asturias) el 1º de julio
de 1881 y profesó el 2 de julio del siguiente año. Una vez
cursada la filosofía y teología se ordenó presbítero
en Oviedo, el 19 de junio de 1886; obtuvo el título de lector en teología;
destinado después al colegio de Vergara (Guipúzcoa) donde realizó
una gran labor entre el alumnado, destacando en el campo de las ciencias
exactas. En 1904 pasó a Corias como prior; cuatro años más
tarde retornó a Vergara, también como prior; con dotes de gobierno,
sabía mezclar una exquisita bondad con la energía oportuna;
verdadero padre para los súbditos y muy estimado entre los alumnos;
en 1912 lo nombraron maestro de novicios en Corias, y después desempeñó
el oficio de ecónomo conventual; afectuoso, comprensivo y consejero
acertado; se le encargó la fundación de la casa de Navelgas
(Asturias), quedando de superior y director de la escuela apostólica
allí establecida. En 1930 lo nombraron superior de la casa de La Felguera
(Asturias); vivió aquí la revolución de octubre de 1934,
dando claro testimonio de fidelidad y prudencia. Desde el 5 de octubre de
1933, sin embargo, tenía confiada de nuevo como superior la comunidad
de Navelgas.
Citado por el comité de Navelgas acudió a su sede
en la tarde de 7 de agosto de 1936; sus hermanos lo acompañaron con
el rezo del rosario; impusieron una aportación económica al
convento, en que estaban todavía los alumnos aspirantes a la vida
religiosa; el 12 de agosto fue apresado con el P. Gregorio Díez Pérez,
incluido en esta Causa y, a pesar de su ancianidad, obligado a trabajos de
reconstrucción de un puente; los dejaron retornar al convento, pero
el día 16 lo detuvieron de nuevo con el mencionado P. Gregorio, P.
Santiago Franco y Fr. Abilio Sáiz; los niños del colegio quedaron
solos, llorando. Llevaron a los detenidos a la cárcel instalada en
los bajos del cuartel de la guardia civil, donde oraron de manera continua
y hay indicios de que lograron celebrar la Eucaristía. Fueron martirizados
en la madrugada del 17 al 18 de agosto en el paraje de La Tejera, de Navelgas,
invocando a Cristo Rey. Al P. Celestino no lograron despojarle de su hábito.