CLEMENTE XII
1730-1740 d.C.
El nuevo Papa
pertenecía a la familia de los Corsini, de Florencia, a la que había
pertenecido San Andrés Corsini. Un año después de haber
sido elegido, Clemente XII perdió la vista, y los asuntos de
la Iglesia fueron llevados por los dignatarios de la Curia, y sobre todo
por su sobrino Neri Corsini, al que el Papa había otorgado la púrpura.
La situación de los estados pontificios era mala, sobre todo desde
el punto de vista financiero, debido a las malversaciones de Coscia, y los
esfuerzos del Papa para realizar un equilibrio económico fueron vanos.
Peor todavía fue el aspecto político de su pontificado.
Los Estados europeos, dominados ya por fuerzas anticatólicas y anticristianas,
poco se preocupaban por los derechos de la Santa Sede. Una guerra estalló
entre Austria, por un lado, y España, Francia y Cerdeña, por
el otro, provocada por la sucesión en el trono de Polonia. El territorio
pontificio fue violado varias veces por los ejércitos de ambos bandos.
El emperador fue vencido y tuvo que abandonar la Lombardía, de la
que tomó posesión el rey de Cerdeña. En 1734 los españoles
desembarcaron en Italia y ocuparon Nápoles y el sur de la península,
entronizando a Carlos III como rey de Nápoles y de Sicilia.
En 1735 fue firmado un tratado de paz en Viena, según
el cual el emperador volvía a ocupar la Lombardía y Carlos
III fue reconocido rey de Nápoles. Tropas españolas e imperiales
cruzaban los territorios pontificios y hasta llegaron a entrar en Roma. La
población civil fue la principal víctima de estas correrías,
ante las que el Papa no podía tomar ninguna medida eficaz, ya que ningún
soberano le hacía caso. En todas partes, es decir, en casi todos los
estados católicos, reinaban los Borbones, pero su política
había dejado de inspirarse en los principios cristianos y se apoyaba,
en cambio, en la fuerza y la doctrina de la razón de estado. La masonería
ganaba cada día más adeptos, concentrándose alrededor
de ella las fuerzas opuestas a la Iglesia y al cristianismo. Clemente XII
se dio cuenta del peligro y condenó la nueva secta con la Bula In
eminenti, publicada el 4 de mayo de 1738. Fue la primera medida que la Iglesia
tomaba contra la masonería.
La ciudad de Ravena, decadente y abandonada, gozó de
la especial protección de Clemente, que hizo construir un canal hasta
el mar y la protegió contra las inundaciones erigiendo un dique y
todo un sistema hidráulico, considerado como la obra de ingeniería
más importante del siglo. El canal lleva todavía el nombre
de los Corsini. La República de San Marino debe a Clemente XII su libertad e independencia.
Inclinado más bien hacia el arte que hacia la política,
el Papa se ocupó de los museos y edificios de la Ciudad Eterna, fundando
en 1734 el primer museo de antiguedades en el mundo, con la colección
de las cabezas imperiales que adquirió al cardenal Albani. Hizo construir
la famosa Fontana di Trevi en el centro de Roma y continuó los trabajos
en Letrán, donde fue terminada la Capilla Corsini, una de las obras
de arte más logradas de la época, y bajo cuya bóveda
fue enterrado el Pontífice. Ciego y enfermo, Clemente XII asistió
inerme a la decadencia del poder pontifical, menospreciado por los grandes
soberanos, conquistados ya por la doctrina del siglo, la filosofía
de las luces, que cortaría la cabeza del rey de Francia.
Debilitar a la Santa Sede haciendo una política contraria
a los intereses del Papa en Italia y en Europa, fue para Francia un error
de primera magnitud que la condujo a la revolución de 1789. Luis XV
no se dio nunca cuenta del abismo hacia el que empujaba a la monarquía.
El siglo de las luces fue un siglo de tinieblas para el Vicario de Cristo.
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(Samuel Miranda)