BEATO CLEMENTE AUGUSTO VON GALEN
1946 d.C.
22 de marzo
Nació el 16 de marzo
de 1878 en el castillo de Dinklage, en Oldenburg (Alemania). Era el undécimo
de trece hijos de los condes Ferdinand y Elisabetta von Spee; creció
en el seno de una familia creyente. Comenzó sus primeros estudios
en el colegio de los jesuitas de Feldberg y obtuvo el título de bachillerato
en 1896, en Vechta. Continuó sus estudios en Friburgo (Suiza), Innsbruck
y Münster. Recibió la ordenación sacerdotal el 28 de mayo
de 1904.
Durante un breve período ejerció el ministerio
como vicario cooperador de la catedral de Münster; luego fue nombrado
vicario cooperador de la iglesia de San Matías en Berlín. Comenzó
así una actividad sacerdotal en la capital del antiguo imperio alemán,
que duró 23 años. Trabajó durante algunos años
como cooperador en la parroquia de San Clemente; luego fue nombrado párroco
de San Matías en Berlín-Schöneberg. Allí vivió
los años terribles de la primera guerra mundial, los disturbios de
la posguerra y un largo período de la época de Weimar. La situación
de la diáspora en Berlín le obligó a afrontar notables
exigencias pastorales. En 1929 fue nombrado párroco de la iglesia
de San Lamberto en Münster.
A la muerte del obispo Johannes Poggenburg, fue nombrado obispo
de Münster. Recibió la consagración episcopal el 28 de
octubre de 1933. Eligió como lema: "Nec laudibus, nec timore" (Ni
por alabanzas ni por amenazas me desviaré de los caminos de Dios).
En su primera carta pastoral, para la Cuaresma de 1934, desenmascaró
la ideología neopagana del nacionalsocialismo. En los años
siguientes defendió continuamente la libertad de la Iglesia y de las
asociaciones católicas, así como la enseñanza de la
religión. En un sermón en la catedral de Xanten, en la primavera
de 1936, acusó abiertamente al régimen nacionalsocialista de
discriminar a los cristianos, encarcelarlos y hasta matarlos.
Mons. Clemens August von Galen fue uno de los obispos que Pío
XI invitó a Roma en enero de 1937 para conversar con ellos sobre la
situación en Alemania y para preparar la encíclica "Mit Brennender
Sorge" (Con gran preocupación), en la que el Papa acusó al
régimen nacionalsocialista ante la opinión mundial. Gran resonancia
mundial tuvieron más tarde, como punto culminante de su resistencia
abierta contra el nacionalsocialismo, los tres famosos sermones que pronunció
en el verano de 1941 -el 13 de julio y el 3 de agosto- en la iglesia de San
Lamberto y -el 20 de julio- en la parroquia de Nuestra Señora en Münster,
llamada "Überwasserkirche"; en ellos condenó los abusos del Estado
y reclamó el derecho a la vida, a la inviolabilidad y a la libertad
de los ciudadanos. Fustigó duramente el asesinato de los discapacitados
físicos y mentales por considerarlos "improductivos". Por su actitud
valiente fue llamado "el León de Münster". La autoridad nacional
se sintió fuertemente herida y quería detenerlo y asesinarlo,
pero temió perder el apoyo de la población católica
de la diócesis de Münster para el tiempo de la guerra. El obispo
sufrió mucho porque en su lugar llevaron a campos de concentración
a 24 miembros del clero secular y 18 del clero regular, de los cuales 10
perdieron la vida.
En los difíciles meses de la posguerra, muchas personas
recurrían a él. Se opuso abiertamente a las autoridades de
ocupación cuando se quería cometer alguna injusticia. Contradijo
enérgicamente a la opinión entonces dominante de la culpabilidad
colectiva de todos los alemanes. Pío XII lo creó cardenal el
18 de febrero de 1946, como reconocimiento a su actitud intrépida
durante el período del nacionalsocialismo. Los fieles que llenaban
la basílica de San Pedro aplaudieron cuando recibió de manos
del Papa la dignidad cardenalicia. Al regresar a la diócesis, el 16
de marzo de 1946, fue acogido con entusiasmo por una gran multitud. Ante
las ruinas de la catedral destruida pronunció su último discurso.
Al día siguiente, después de una operación quirúrgica,
enfermó de gravedad. Murió el 22 de marzo de ese mismo año
y fue sepultado en la capilla de San Ludgero de la catedral derruida.
Fue un hombre de fe profunda y muy piadoso, como lo atestiguan
sus cartas; uno de sus primeros actos pastorales fue la institución
de la adoración perpetua en la iglesia de San Servacio de Münster.
De su oración profunda sacaba fuerza para su inquebrantable resistencia
a la injusticia e inhumanidad de los poderosos nacionalsocialistas y para
su acción pastoral. Muchas veces, al alba, peregrinaba al santuario
de la Virgen en Telgte para suplicar la protección de la Madre de
Dios. Sigue siendo también hoy modelo para afrontar la «dictadura»
de la moda o de la opinión pública, y enseña que se
debe sacar la fuerza para ello de la fe personal y de una religiosidad auténtica.
Fue beatificado por SS Benedicto XVI el 9 de octubre de 2005.