CORONILLA A LA DIVINA MISERICORDIA
La Coronilla la dictó
Jesús a Santa Faustina en Vilna (Lituania) entre el 13-14 de Septiembre
del 1935, como súplica para aplacar la ira de Dios por los pecados
del mundo.
"A través de ella obtendrás todo, si lo que pides esta de acuerdo
con mi voluntad(...) Reza incesantemente esta coronilla que te he enseñado.
Quienquiera que la rece recibirá gran misericordia, en la hora de
la muerte los sacerdotes se la recomendarán a los pecadores como la
última tabla de salvación. Hasta el pecador más empedernido,
si reza esta Coronilla una sola vez, recibirá la gracia de Mi misericordia
infinita. Deseo que el mundo entero conozca Mi misericordia; deseo conceder
gracias inimaginables a las almas que confían en Mi misericordia"
(Diario 731,687).
“ Defenderé como Mi propia Gloria a cada alma que rece
esta Coronilla en la hora de la muerte, o cuando los demás la recen
junto al agonizante, quienes obtendrán el mismo perdón. Cuando
cerca de un agonizante es rezada, se aplaca la ira Divina, y la insondable
misericordia envuelve al alma y se conmueven las entrañas de Mi misericordia
por la dolorosa pasión de mi hijo” (811).
CORONILLA A LA DIVINA MISERICORDIA:
(se utiliza un rosario común de cinco decenas)
1. Comenzar con un Padre Nuestro, Avemaría, y Credo (de los apóstoles).
Credo de los apóstoles:
Creo en Dios Padre todopoderoso,
creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor.
Fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo
y nació de la Virgen Maria.
Padeció bajo el poder de Poncio Pilato.
Fue crucificado, muerto y sepultado.
Descendió a los infiernos.
Al tercer día resucitó de entre los muertos.
Subió a los cielos,
y está sentado a la diestra de Dios Padre.
Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica,
la comunión de los santos, el perdón de los pecados,
la resurrección de los muertos,
y la vida eterna. Amén.
2. En las cuentas grandes correspondientes al Padre Nuestro (una vez) decir:
"Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo,
la Sangre, el Alma y la Divinidad
de Tu Amadísimo Hijo,
nuestro Señor Jesucristo,
como propiciación de nuestros
pecados y los del mundo entero."
3. En las cuentas pequeñas correspondientes al Ave María (diez
veces) decir:
"Por Su dolorosa Pasión,
ten misericordia de nosotros
y del mundo entero."
4. Al finalizar las cinco decenas de la coronilla se repite tres veces:
"Santo Dios, Santo Fuerte,
Santo Inmortal, ten piedad de
nosotros y del mundo entero."
5. Oración final (opcional):
“Oh Sangre y agua que brotaste del Corazón de Jesús como una
fuente de misericordia para nosotros, en Ti confío.”
(Rezarla preferentemente a las 3:00 pm. “La hora de La Misericordia”)