ACTO DE CONSAGRACIÓN Y DESAGRAVIO
AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
¡Oh Corazón de
Jesús! Yo quiero consagrarme a ti con todo el fervor de mi espíritu.
Sobre el ara del altar en que te inmolas por mi amor, deposito todo mi ser;
mi cuerpo que respetaré como templo en que tú habitas; mi alma
que cultivaré como jardín en que te recreas; mis sentidos,
que guardaré como puertas de tentación; mis potencias, que
abriré a las inspiraciones de tu gracia; mis pensamientos, que apartaré
de las ilusiones del mundo; mis deseos, que pondré en la felicidad
del Paraíso; mis virtudes que florecerán a la sombra de tu
protección; mis pasiones, que se someterán al freno de tus
mandamientos; y hasta mis pecados, que detestaré mientras haya odio
en mi pecho, y que lloraré sin cesar mientras haya lágrimas
en mis ojos. Mi corazón quiere desde hoy ser para siempre todo tuyo,
así como tú, ¡oh Corazón divino! has querido ser
siempre todo mío.
Tuyo todo, tuyo siempre; no más culpas, no más
tibieza. Yo te serviré por los que te ofenden; pensaré en ti
por los que te olvidan; te amaré por los que te odian; y rogaré
y gemiré, y me sacrificaré por los que te blasfeman sin conocerte.
Tú, que penetras los corazones, y sabes la sinceridad de mi deseo,
comunícame aquella gracia que hace al débil omnipotente, dame
el triunfo del valor en las batallas de la tierra, y cíñeme
la oliva de la paz en las mansiones de la gloria.
Amén.