BEATO CRISÓSTOMO
1936 d.C.
6 de noviembre



   José Llorach Bretó. Nació en Benicarló (Castellón) el 9 de febrero de 1881. Fue alumno de los Hermanos en la escuela de Benicarló, y a los 12 años ingresó en el Seminario de Tortosa. A los 17 años, dejó el Seminario para pedir el ingreso en el Noviciado de los Hermanos de las Escuelas Cristianas. Tomó el hábito religioso el 9 de junio de 1898. Comenzó su postolado en Arenys de Mar. Subdirector del Escolasticado de Cambrils por un año, en 1911 fue destinado a Manlleu, donde permaneció ocho años. Se hizo cargo después de la dirección de la Escuela de Santa Madrona. Dio clase en San Hipólito de Voltregá, hasta que en 1920 fue nombrado Director de Manlleu, por tres años. Siguió otra etapa de profesor en la Bonanova y, finalmente, en 1926 ocupó su último cargo: Procurador del Distrito. La cruel pesecución religiosa que sufrió Barcelona afectó a los Hermanos de manera terrible.

   El 19 de julio de 1936 el H. Crisóstomo, junto con el Director de Condal, dispusieron la dispersión de los Hermanos de aquella importante comunidad. El jueves 23 de julio, durante la comida, se presentó un piquete de milicianos, para registrar la casa. El domingo 26 a las 6 de la tarde, otro piquete se llevó a los cinco Hermanos. Después de tomarles declaración alguien intervino y mandó dejarlos en libertad. El H. Crisóstomo se alojó en casa de una familia amiga. Cuando vio lo peligroso que resultaba seguir con ellos, buscó una pensión, y desde ella organizó la asistencia a los Hermanos. Cada día daba cita a algunos en determinados lugares de la ciudad para informarse de su situación y facilitarles medios económicos cuando disponía de ellos. Pero tanto el H. Crisóstomo como sus fieles colaboradores, el H. Cándido Alberto y el empleado de la Procuraduría, Juan López, levantaron sospechas y los milicianos los seguían con disimulo.

   E1 2 de noviembre de 1936 se presentó un grupo de milicianos para detenerle. A la puerta de la casa tenían ya maniatados al H. Cándido y a Juan López, y también a Félix Poza, conserje del Colegio Condal. Y en la checa tenían ya al H. Leónides, Director de Santa Coloma de Farnés. Se llevaron a los cinco y no se supo más de ellos hasta el viernes, 6 de noviembre, en que los cuerpos fueron reconocidos en el depósito de cadáveres de la ciudad, con una nota que decía: “Cadáveres encontrados en Vallvidriera”. El H. Crisóstomo tenía 55 años. El Consulado de Francia, con el que mantenía estrecha relación, se hizo cargo del entierro y adquirió cinco nichos para su sepultura. Presidió el entierro el Canciller del Consulado. El 23 de octubre de 1939 se reconocieron los restos mortales y fueron trasladados a Cambrils. Sus restos descansan ahora en San Martín de Sasgayolas.

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(Samuel Miranda)