¿CÓMO DEBEN SER LAS SECRETARIAS
PARROQUIALES?
Las secretarias parroquiales
son las encargadas de llevar los libros de la Parroquia y registrar en ellos
las partidas de Bautismo, Confirmación, Comunión y Matrimonio.
Son además quienes contestan el teléfono y la primer cara que
ve un feligrés antes de ver al sacerdote. Anotan también los
nombres de los difuntos para ser mencionados en Misa. Son el puente en muchas
ocasiones entre el sacerdote y los fieles.
Por todo lo anteriormente dicho las secretarias parroquiales
deben poseer ciertas virtudes que el sacerdote tiene que considerar al momento
de instalar a una de ellas en la oficina parroquial. Muchos de los problemas
que existen en la Parroquia son a causa de la mala atención que se
da a los fieles que acuden a la oficina para realizar algún trámite
o pedir información.
Las cualidades de una secretaria parroquial son las siguientes:
a) Empatía
La empatía es de suma importancia en una secretaria.
Hay que considerar que ella es la que atiende a los fieles cuando éstos
se acercan a la oficina. Su rostro es el rostro de la Parroquia. La cara antes
de ver al sacerdote. Una mala actitud puede provocar que los fieles se retiren
para siempre de la Iglesia y culpen hasta al sacerdote por los errores cometidos.
Cada vez que nos acercamos a las personas esperamos atención y comprensión,
dando por hecho que seremos tratados con delicadeza y respeto. Este valor
debe superar ciertos obstáculos: el cansancio, el mal humor, el dolor
de cabeza y las preocupaciones propias del trabajo y el estudio.
- Procura sonreír siempre, esto genera un ambiente de confianza y
cordialidad. La serenidad que se manifiesta desarma hasta el más exaltado.
- Primeramente considera como importantes los asuntos de los demás
y después los propios. Después de haber escuchado, la persona
que se ha acercado a ti seguramente tendrá la capacidad de entender
tu situación y estado de ánimo, por lo cual estará dispuesta
ayudarte.
- No hagas un juicio prematuro de las personas porque te hace cambiar tu
disposición interior (no pienses: "ya llego este molesto", "otra vez
con lo mismo", "no me deja en paz", "otra interrupción") Si alguien
se acerca a ti, es porque necesita con quien hablar… No los defraudes.
- Si no tienes tiempo o es un mal momento, exprésalo con cortesía
y delicadeza -que también es empatía- y las personas se sentirán
igualmente atendidas. Importante: no dejes pasar mucho tiempo para charlar
con la persona.
- Evita demostrar prisa, aburrimiento, cansancio, dar respuestas tajantes
u distraerte en otras cosas; además de ser una falta de respeto, logras
autodominio y demuestras interés por las personas. Aprende a escuchar.
- No olvides infundir ánimo con palabras, una palmada en el hombro
o un gesto amable, sobre todo si la persona tiene problemas.
b) Prudencia
La prudencia nos ayuda a reflexionar y a considerar los efectos que
pueden producir nuestras palabras y acciones, teniendo como resultado un actuar
correcto en cualquier circunstancia. La falta de prudencia siempre tendrá
consecuencias a todos los niveles, personal y colectivo, según sea
el caso. La prudencia nos hace tener un trato justo y lleno de generosidad
hacia los demás, edifica una personalidad recia, segura, perseverante,
capaz de comprometerse en todo y con todos, generando confianza y estabilidad
en quienes nos rodean, seguros de tener a un guía que los conduce por
un camino seguro.
c) Humildad
La humildad es considerada una cualidad importantísima para la convivencia
en comunidad. También es de gran importancia en muchas de las religiones
en las cuales el amor y la dedicación continua por el prójimo
es la base de toda la doctrina. La humildad es una actitud que distingue a
la persona por su dedicación y su servicio hacia los demás en
lugar de centrar su actividad y su pensamiento sobre si mismo, lo que sería
un acto de narcisismo.
"Nada hagáis por contienda o por vanagloria,
sino con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores
a él mismo; no mirando cada uno por lo suyo propio, sino también
por los intereses de los demás. Tenga en vosotros este sentir que
hubo también en Cristo Jesús, el cual, aunque existía
en forma de Dios, no consideró el ser igual a Dios como cosa a que
aferrarse, sino que él mismo se vació, tomando forma de siervo,
y el ser hecho semejante a los hombres. Y estando en la condición
de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente
hasta la muerte, y muerte de cruz. Lo cual Dios también lo exaltó
y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que al nombre de Jesús
toda rodilla se doble de los que están en los cielos y en la tierra
y en los abismos, y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor,
para gloria de Dios Padre". (Filipenses 3, 3-11).
d) Vivir los sacramentos
Como cualquier otro miembro activo en la Parroquia, la secretaria
debe vivir los sacramentos: confesarse y comulgar frecuentemente, pero sobre
todo debe demostrar con actitudes su cristianismo y la vivencia de los Sacramentos.
e) Evangelizar
Evangelización es la proclamación del Evangelio
con el fin de atraer a todos a Cristo y a su Iglesia. Para evangelizar hay
que vivir el Evangelio. Esto es posible por la obra del Espíritu Santo
y nuestro compromiso. Todo bautizado ha de ser un evangelizador.
Si atraer personas a Cristo es acercarlas, las secretarias parroquiales
deben analizar sus actitudes para con los fieles y corregir aquellos aspectos
de su comportamiento que pueden estar afectando que el mensaje de Cristo
llegue a los demás.
f) Discresión
Por ser el oficio de secretaria parroquial un cargo importante
dentro de la Parroquia, ya que ella recibe a gente con problemas diversos,
se entera de distintas situaciones, además el sacerdote le confía
asuntos delicados, siempre y en todo momento debe guardar discresión
con lo que ve y oye. "Así también la lengua es un miembro pequeño,
y sin embargo, se jacta de grandes cosas. Mirad, ¡qué gran bosque
se incendia con tan pequeño fuego!"
(Santiago
3,5)
Ojalá estimada secretaria parroquial tengas todas estas
cualidades y virtudes y que con tu trabajo apostólico estés
atrayendo a muchas personas a Jesucristo, de no ser así te invito
a corregir el camino o dedícate a otra cosa por el bien tuyo y de
los demás. Tú eres parte importante de la Parroquia y estás
llamada a la santidad. En cada hermano que atiendes atiendes al mismo Jesús.