1. ¿ Fue escrita la Biblia con los capítulos numerados como los tenemos hoy?
No, ningún libro de la Biblia fue escrito con capítulos numerados. La idea de dividir la Biblia en capítulos fue de Esteban Langton, arzobispo de Cantuaria, profesor en la Universidad de Paris, en 1214 d.C.
2. ¿Quién hizo la división por versículos?
Robert Etiene, en 1551, en París, dividió el Nuevo Testamento de lengua griega en versículos. Teodoro de Beza, en 1565, dividió toda la Biblia en versículos.
3. ¿Por qué ellos dividieron así los textos de la Biblia?
Ellos hicieron eso por dos motivos: para facilitar las citaciones de los textos bíblicos; y para encontrar rápidamente los textos citados.
4. ¿Quién tradujo por primera vez toda la Biblia y cuándo fue ella impresa como la tenemos hoy?
La primera traducción al Latín viene de san Jerónimo. Esa traducción es conocida como Vulgata (del latín significa la leída por el pueblo). Esto aconteció alrededor del año 400 d.C. a petición del Papa Dámaso. No obstante, la primera traducción fue la traducción de la Biblia hebrea (de los judíos) al griego, conocida como traducción de los Setenta, usada mucho en la época de Jesús y de las primeras comunidades.
5. ¿ Cómo se presentaba la Biblia antes de surgir la imprenta?
De diversas formas: en pedazos de papel vegetal; en rollos de pergaminos (cuero de animal); en papiro (especie de papel hecho de una planta) y, finalmente en hojas.
6. ¿Cómo comprender la palabra Yahvé?
En hebreo, la lengua en la que fue escrito el Antiguo
Testamente en su mayor parte, no se usaban vocales. Sólo se
usaban consonantes.
Cada judío comprendía las palabras sin consonantes, pues era su lengua. Al pasar el tiempo, los judíos hablaban sólo arameo (tiempo de Jesús). Sin embargo, la Biblia siempre se siguió leyendo en hebreo. Para seguir leyendo correctamente el hebreo, en el siglo IX d.C., los masoretas (especialistas en la lengua hebrea) le colocaron vocales a todas las palabras hebreas, menos a la palabra Yahvé, que para los judíos siempre era sagrada y jamás se pronunciaba. Es por eso que los masoretas la dejaron originalmente con cuatro consonantes (YHVH). ¿Cómo se pronuncia estas consonantes? Nadie lo sabe. Los católicos la leen Yahvé, destacando una cercana y más posible variación según las reglas de la lengua hebrea. Los protestantes pusieron vocales de la palabra “Adonay”. Salió “Yahova”. Pero, según las reglas del idioma hebreo, esta variación es imposible. Entonces quitaron la primera vocal “a” y la cambiaron por “e”. De esta manera salió “Yehova”. Nosotros, los católicos, respetando nuestra tradición, no vamos a usar la palabra “Yehova” o “Jehová”.
7. ¿Qué criterios tuvo la Iglesia para saber que un libro es inspirado?
Es difícil responder a esta pregunta. Sabemos que la Iglesia aceptó ciertos libros de la Biblia, pero no sabemos con precisión el motivo. Pero la Iglesia confía en la actuación del Espíritu Santo a la hora de tomar una decisión tan grande como la de escoger un libro sagrado.
Señalemos algunos criterios que ayudaron a la Iglesia a definir los libros canónicos:
8. ¿Por qué las Biblias de las Iglesias separadas tienen 7 libros menos?
Sabemos que la mayoría de Biblias de las Iglesias no-católicas no tienen los siguientes libros, a saber, Tobías, Judit, Sabiduría, Eclesiástico, Baruc, 1º y 2º Macabeos. ¿Por qué? La respuesta hay que encontrarla en el hecho de que en el tiempo de la Iglesia primitiva (primero y segundo siglo de nuestra era) existían entre los judíos 2 cánones, o listas de libros inspirados:
El canon Alejandrino fue utilizado extensamente durante el tiempo de Jesús y en los años siguientes. Además, la Iglesia creció más en el ambiente griego y fuera de Palestina. Por eso la Iglesia adoptó el canon Alejandrino.
9. ¿Qué son los Libros Apócrifos?
Se llaman “Apócrifos” a ciertos libros religiosos que la Iglesia no ha aceptado como inspirados, a pesar de que su contenido sea semejante a los de la Biblia.
La palabra “Apócrifo” es griega y quiere decir
“oculto”, “escondido”. A pesar de una gran semejanza con los libros
canónicos, no son inspirados.
La Iglesia los ha excluido por varias razones, entre ellas:
Los apócrifos del A.T. fueron escritos casi siempre por judíos. Algunos ejemplos: Libros de Enoc, Libros de los jubileos, 3º y 4º libro de Macabeos, 3º y 4º libro de Esdras, Salmos de Salomón: son 18 salmos u oraciones.
Los Apócrifos del N.T. fueron escritos por cristianos con el fin de satisfacer la curiosidad de los fieles, sobre detalles de la vida de Jesús, de María, etc. que no están presentes en los Evangelios. Por ejemplo, El Evangelio de Tomás, El Evangelio de Pedro, El Protoevangelio de Santiago, La Asunción de María, etc.