HISTORIA DE LA IGLESIA
EPOCA ANTIGUA
SEGUNDA PARTE
LOS COMIENZOS DE LA GRAN IGLESIA (180-324)
CAPITULO XX
DESENVOLVIMIENTO DE LA LITERATURA CRISTIANA DE OCCIDENTE EN EL SIGLO III
1.- Introducción.
La lengua de la predicación y de la liturgia en Roma
era el griego. Sólo al desaparecer la mayoría griega se sintió
la necesidad de traducir al latín las Escrituras Sagradas, de predicar
en latín y emplear finalmente el latín como lengua de la liturgia.
La primera Biblia latina en Roma se remonta a la segunda mitad del siglo
II.
El latín cristiano se formó:
1.- Lengua que hablaba el pueblo sencillo.
2.- Se tomó del griego muchas palabras, pues muchas latinas expresaban
el culto pagano.
3.- Hubo que dotar a muchos términos latinos ya existentes de nueva
significación.
Características de la teología latina cristiana:
1.1.- A fines del siglo II y comienzos del III:
Las discusiones teológicas son sostenidas por lo general
aún por griegos. Justino escribe su apología en griego; Marción
y otros polemistas trinitarios son asiáticos; Hipólito es
oriental y publica sólo en griego.
1.2.- En el siglo III:
La teología latina no se cultiva como en Oriente dentro
de una escuela teológica. Tertuliano y Novaciano dos buenos teólogos
no fundan ninguna escuela.
1.2.1.- Minucio Félix:
Abogado de formación filosófica, influido particularmente
por el estoicismo. Escribió el diálogo Octavio, apología
del cristianismo. Celio el interlocutor pagano del diálogo, mira
con fuerte escepticismo la fe en los dioses paganos; pero, puesto que Roma
le debe su grandeza, todavía la prefiere al cristianismo, cuyo Dios
invisible le parece un fantasma y sus seguidores incultos. El cristiano
Octavio, por argumentos puramente filosóficos y sin referencia alguna
a la Sagrada Escritura refuta el escepticismo filosófico y rechaza
como calumnias las acusaciones hechas a los cristianos.
1.2.2.- Hipólito:
Posiblemente era oriundo de Alejandría y permaneció
en Roma como presbítero de la iglesia local. Su rigorismo en la cuestión
de la penitencia lo convirtió en adversario irreconciliable del papa
Calixto (217-222) y cabecilla de un grupo de oposición, numéricamente
escaso, pero espiritualmente importante. Las fuentes no apoyan el hecho
de considerarle el primer antipapa de la historia de la Iglesia. Tampoco
existen pruebas ciertas de que fuera el escritor Hipólito desterrado
a Cerdeña por el emperador Maximino Traciano junto con el papa Ponciano
y de que se hubiera reconciliado allí con él, muriendo en
el destierro. No se excluye que hubiera pertenecido por algún tiempo
al cisma novaciano y, después de 253, muriera nuevamente admitido
en la Iglesia. Eusebio y Jerónimo dan una lista de sus escritos.
Con Orígenes comparte el amor a los estudios bíblicos
y con él practica la exégesis alegórica pero con método
más sobrio. Nos han llegado su comentario original a Daniel en griego,
y en versión, una exposición del Cantar de los cantares.
La solicitud por el mantenimiento de las tradiciones apóstolicas
determinó su segunda preocupación. La Traditio apostolica no
se ha conservado en su lengua original, pero forma el núcleo de una
serie de constituciones eclesiásticas, como la Ordenación apostólica,
el Testamento de nuestro Señor Jesucristo, los Cánones de Hipólito
, y el libro octavo de las Constituciones apostólicas. Intentó
asegurar las reglas y fórmulas más importantes para la colación
de las órdenes, las varias funciones de los oficios eclesiásticos,
la administración del bautismo y la celebración de la eucaristía
en la forma tradicional. Influyó en oriente, sobre todo en Egipto.
Los escritos dogmáticos y antiheréticos tienen
como fin asegurar la tradición apostólica en orden de la doctrina.
El Sintagma trataba de 32 herejías aparecidas hasta su tiempo. También
se le atribuye el Philosophoumena o Refutación de todas las herejías
. Exponía los errores de la filosofía, las aberraciones de
las religiones paganas y refutaba los sistemas gnósticos. Lo que al
autor le interesa demostrar sobre todo es la tesis de que toda herejía
se funda en que no sigue a Cristo, la Sagrada Escritura y la tradición,
sino que vuelve a las doctrinas paganas. La Iglesia es portadora y guardiana
de la verdad, sobre cuya pureza y autenticidad han de vigilar los obispos
legitimados por la sucesión apostólica.
1.2.3.- Novaciano:
El papa Fabián lo ordenó de presbítero
aunque sólo había recibido el bautismo de urgencia y manifestaba
falta de valor para confesar la fe. Hacia el 250 durante la vacante de la
sede romana llevó la correspondencia de dicha iglesia con las otras
iglesias. Expuso al obispo Cipriano la posición de Roma en el trato
a los caídos durante la persecución.
Obra teológica sobre la Trinidad (v. 250). Se apoya en
Hipólito y Tertuliano. Rechaza la teología de Marción
y la concepción modalista de los monarquianos. En cambio, profesa
un subordinacionismo sutil que, aún insistiendo en la divinidad de
Cristo, lo subordina al Padre casi más claramente que la teología
anterior. Pone de relieve la subordinación del Espíritu Santo
al Hijo. Es el Espíritu Santo quien mantiene la Iglesia en la santidad
y la verdad.
Con ocasión de la elección del papa Cornelio (251)
que fue preferido a él Novaciano se separó de la Iglesia y
rigió una comunidad propia de cuño rigorista. Quiso justificar
su rotura con un concepto de Iglesia según el cual, en una Iglesia
de los santos no hay ni puede haber lugar para el que peca gravemente, por
muy dispuesto que esté a la expiación y a la penitencia. Un
sínodo de 70 obispos presididos por Cornelio le excomulgó
a él y a sus seguidores.
Cartas pastorales de Novaciano:
obligatoriedad de las prescripciones judaicas sobre comidas, que es rechazada;
prohibe la asistencia a teatros y a circos paganos;
De bono pudicitiae. predica enérgicamente la fidelidad conyugal y
el alta estima de la virgindad.
Socrates dice que murió mártir en la persecución de
Valeriano.
1.2.4.- Tetuliano:
Características principales de la Iglesia africana:
- En África se llevó a cabo antes que en Roma el tránsito
a la lengua latina en la predicación y la liturgia. Las actas de
los mártires escilitanos, que son el primer documento latino fechado
(180), suponen ya una traducción latina de las cartas de Pablo.
- Las persecuciones marcaron su desarrollo.
.- Las controversias internas: sectas gnósticas y montanismo; movimiento
cistmático de Novaciano y Felicísimo; disputa sobre el bautismo
de los herejes.
Hijo de un centurión pagano nació hacia el 160
en Cartago. Buena educación retórica y jurídica, conocedor
excelente del griego. Se convirtió de adulto movido por el testimonio
de los cristianos durante la persecución. Las fuentes no permiten
decidir si llegó a ordenarse de presbítero o permaneció
laico. Hacia el 207 se pasó al movimiento montanista que defendió
con igual ardor como había defendido la Catholica. Agustín
dice que al final de su vida fundó un grupo sectario que, por él,
se llamó tertulianista.
Apologeticum. Dirige la obra a los praesides de las provincias
romanas. Parte en cada punto de ideas familiares a sus lectores paganos y
les opone la doctrina y vida cristianas. Dice que se comete contra los cristianos
la más amarga injusticia, pues se los condena sin saber lo que son.
Por eso no pide absolución, sino justicia, que se funda en la búsqueda
leal de la verdad.
De praescriptione haereticorum. Ya antes de que aparecieran
las herejías los doctores cristianos predicaban el mensaje que habían
recibido de los apóstoles y que a ellos, a su vez, les fue encomendado
por Cristo. Por esos la Iglesia sola posee la Sagrada Escritura, y ella sola
puede juzgar sobre su verdadero sentido y fijar así el contenido de
la fe.
Escribió también obras concretas: Contra Marción refutó
su dialismo y defendió la armonía entre el Antiguo i Nuevo
Testamento. Contra toda volatización gnóstica aseguró
la doctrina sobre la creación, la resurrección de la carne
y la dignidad del matrimonio. Contra Práxeas expuso la concepción
eclesiástica de la Trinidad.
Se observa un cierto rigorismo en algunas pequeñas obras:
De monogamia. Donde condena las segundas nupcias. De corona, De idolatría.
Condena el servicio militar y todas las profesiones que pudieran relacionarse
con la idolatria. De ieiunio. Proclama la más rigurosa práctica
del ayuno. De pudicitia. Niega a la Iglesia el poder de perdonar los pecados,
poder que sólo concierne a los profetas montanistas.
1.2.5.- Cipriano:
Teológicamente debe mucho a Tertuliano, al que llamaba
maestro y leía constantemente. Sus tratados y cartas se destinan por
lo general a la solución de cuestiones del día que le planteaban
la persecución o la amenaza de la escisión en la Iglesia por
obra de conventículos sectarios.
Ad donatum. narra como tras larga búsqueda logró la paz religiosa
por el bautismo.
De mortalitate. Palabras de consuelo en tiempos de peste a los cristianos
de África.
De opere et eleemosinis. Exhorta a los cristianos a una caridad abnegada.
De habitu virginum. Celebra el ideal cristiano de la virginidad.
De zelo et livore. Precave contra los destructores efectos de la discordia.
Sobre la unidad de la Iglesia. El obispo es el garante y representante
de la unidad de la Iglesia, que está unido con sus compañeros
de ministerio por la común razón básica que el episcopado
tiene en el ministerio apostólico. Pedro tiene entre ellos una posición
única: el poder de atar y desatar. Como este poder fue otorgado a
un sólo apóstol, con ello quedaba afirmada para siempre la
unidad de la Iglesia querida por Cristo. A Roma le conviene una posición
de honor no todavía de jurisdicción. Sólo en la Iglesia
se asegura la propia salvación, conforme a la densa fórmula:
Salus extra eclesiam non est.
Los niños han de incorporarse a la Iglesia lo más
pronto posible; el bautismo de los niños no admite discusión
en Cipriano. El que ha ofrecido su vida en martirio logra la visión
inmediata de Dios.