TIEMPO DURANTE EL AÑO - "B"
DOMINGO NOVENO ORDINARIO
Recuerda que fuiste esclavo en Egipto
Lectura del libro del Deuteronomio 5, 12-15
Así habla el Señor:
Observa el día sábado para santificarlo,
como el Señor, tu Dios, te lo ha ordenado.
Durante seis días trabajarás y realizarás
todas tus tareas, pero el séptimo día es día de descanso
en honor del Señor, tu Dios. En él no harán ningún
trabajo ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu esclava,
ni tu buey, ni tu asno, ni ningún otro de tus animales, ni tampoco
el extranjero que reside en tus ciudades. Así podrán descansar
tu esclavo y tu esclava, como lo haces tú.
Recuerda que fuiste esclavo en Egipto, y que el Señor
te hizo salir de allí con el poder de su mano y la fuerza de su brazo.
Por eso el Señor, tu Dios, te manda celebrar el día sábado.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 80, 3-8a. 10-11b (R.: 2a)
R. Cantemos con júbilo al Señor, que es nuestra fuerza
Entonen un canto, toquen el tambor,
y la cítara armoniosa, junto con el arpa.
Toquen la trompeta al salir la luna nueva,
y el día de luna llena, el día de nuestra fiesta. R.
Porque esta es una ley para Israel,
un precepto del Dios de Jacob:
Él se la impuso como norma a José,
cuando salió de la tierra de Egipto. R.
Oigo una voz desconocida que dice:
«Yo quité el peso de tus espaldas
y tus manos quedaron libres de la carga.
Clamaste en la aflicción, y te salvé». R.
«No tendrás ningún Dios extraño,
no adorarás a ningún dios extranjero:
Yo, el Señor, soy tu Dios,
que te hice subir de la tierra de Egipto». R.
La vida de Jesús se manifiesta en nuestro cuerpo
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los cristianos
de Corinto 4, 6-11
Hermanos:
El mismo Dios que dijo: «Brille la luz en medio
de las tinieblas», es el que hizo brillar su luz en nuestros corazones
para que resplandezca el conocimiento de la gloria de Dios, reflejada en
el rostro de Cristo. Pero nosotros llevamos ese tesoro en recipientes de
barro, para que se vea bien que este poder extraordinario no procede de nosotros,
sino de Dios.
Estamos atribulados por todas partes, pero no abatidos;
perplejos, pero no desesperados; perseguidos, pero no abandonados; derribados,
pero no aniquilados.
Siempre y a todas partes, llevamos en nuestro cuerpo los
sufrimientos de la muerte de Jesús, para que también la vida
de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo. Y así aunque vivimos,
estamos siempre enfrentando a la muerte por causa de Jesús, para que
también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal.
Palabra de Dios.
ALELUIA Cf. Jn 17, 17ba
Aleluia.
Tu palabra, Señor, es verdad;
conságranos en la verdad.
Aleluia.
EVANGELIO
El Hijo del hombre
es dueño también del sábado
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos
2, 23-3, 6
Un sábado en que Jesús atravesaba unos sembrados,
sus discípulos comenzaron a arrancar espigas al pasar.
Entonces los fariseos le dijeron: «¡Mira!
¿Por qué hacen en sábado lo que no está permitido?»
Él les respondió: «¿Ustedes
no han leído nunca lo que hizo David, cuando él y sus compañeros
se vieron obligados por el hambre, cómo entró en la Casa de
Dios, en el tiempo del Sumo Sacerdote Abiatar, y comió y dio a sus
compañeros los panes de la ofrenda, que sólo pueden comer los
sacerdotes?»
Y agregó: «El sábado ha sido hecho
para el hombre, y no el hombre para el sábado. De manera que el Hijo
del hombre es dueño también del sábado».
Jesús entró nuevamente en una sinagoga,
y había allí un hombre que tenía una mano paralizada.
Los fariseos observaban atentamente a Jesús para ver si lo curaba
en sábado, con el fin de acusarlo.
Jesús dijo al hombre de la mano paralizada: «Ven
y colócate aquí delante».
Y les dijo: «¿Está permitido en sábado
hacer el bien o el mal, salvar una vida o perderla?»
Pero ellos callaron.
Entonces, dirigiendo sobre ellos una mirada llena de indignación
y apenado por la dureza de sus corazones, dijo al hombre: «Extiende
tu mano.» El la extendió y su mano quedó sana.
Los fariseos salieron y se confabularon con los herodianos
para buscar la forma de acabar con Él.
Palabra del Señor.
O bien más breve:
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos
2, 23-28
Un sábado en que Jesús atravesaba unos sembrados,
sus discípulos comenzaron a arrancar espigas al pasar.
Entonces los fariseos le dijeron: «¡Mira!
¿Por qué hacen en sábado lo que no está permitido?»
Él les respondió: «¿Ustedes
no han leído nunca lo que hizo David, cuando él y sus compañeros
se vieron obligados por el hambre, cómo entró en la Casa de
Dios, en el tiempo del Sumo Sacerdote Abiatar, y comió y dio a sus
compañeros los panes de la ofrenda, que sólo pueden comer los
sacerdotes?»
Y agregó: «El sábado ha sido hecho
para el hombre, y no el hombre para el sábado. De manera que el Hijo
del hombre es dueño también del sábado».
Palabra del Señor.