SANTA EANFLEDA
704 d.C.
24 de noviembre
Hija del rey san Edwin de Northumbría
y de santa Ethelburga de Lyminge, fue bautizada por san Paulino de York.
Cuando murió su padre en la batalla de Hatfield Chase, en el 633,
se trasladó a Kent, tierra de origen de su madre, con esta última
y el obispo san Paulino. En el 642, regresó a Northumbría y
se casó con el rey Oswy de Bernicia, con la esperanza de reunificar
las dos ramas de la monarquía en aquella región; se atribuyó
el rol de protectora de la paz. En el 651, su marido asesinó a su primo
san Oswin y Eanfleda le convenció que fundara el monasterio de Gilling,
como expiación de su culpa. Aunque fue educada según la tradición
celta, apoyó a san Wilfrido de York en la celebración de la
Pascua según el rito romano.
El inical apoyo de san Oswin al partido celta, con respecto a la
celebración de la Pascua, supuso que en la corte real se celebrase
la Pascua en dos veces, y llevó a una crisis de la Iglesia celta que
terminó con la convocatoria del sínodo de Whitby. El pontífice
san Vitaliano, en gratitud por su apoyo a la fecha de la Pascual romana,
le regaló a Eanfleda una cruz de oro. En el 670, al quedarse viuda
ingresó como benedictina en Whitby, como discípula de la abadesa
santa Hilda, a la que sucedería después en el cargo. Más
tarde le sucedió su hija santa Elfleda como abadesa. Durante el mandato
de santa Eanfleda, el monasterio estuvo siempre a la disposición de
la Iglesia de Roma.
En este monasterio fue sepultado Oswy y su mujer trasladó
también los restos de su padre. Eanfleda murió y fue sepultada
junto a su marido. Sus reliquias fueron, después, trasladadas a Glastonbury
con la de otros santos de Northumbría.