La supuesta "primer estimagtizada de México"
(Reflexiones de Samuel Miranda)
En la historia de la Iglesia
Católica son pocos los casos de estigmatizados. El primero de ellos
fue San Francisco de Asís y el último que se conoce, el Padre
Pío. Tener los estigmas significa estar unido a los dolores de Cristo.
Quienes han quedado estigmatizados han llevado una vida de perfecta unión
a Cristo y han sido fieles a la Iglesia Católica, fundada por Jesús.
Si embargo hay falsos estigmatizados que confunden al pueblo de Dios. Uno de esos casos es el de Elizabeth Sánchez García, una supuesta estigmatizada de la delegacion Iztapalapa en el Distrito Federal. Según ella las heridas aparecieron en la frente y en las manos después de hacer oración. "Vi llorar sangre a la virgen María. Le pregunté ¿madre querida qué va a suceder en México? Ella me dio a entender que lo que nos pasa, es por falta de oración. Para evitar todos nuestros males debemos hacer oración y meditar", expresa Sánchez García.
Debemos tener cuidado ya que a esta señora le gusta aparecer en televisión, mostrar sus estigmas y hasta dramatizar en un programa acerca de cómo sufrió un desmayo mientras recibía los estigmas. Esto es contrario al espíritu de humildad que tienen los Santos, que prefieren estar en el anonimato. Por otro lado acepta donaciones por las curaciones que realiza a sus pacientes.
Si usted está enfermo acuda con un sacerdote para que reciba la Unción de los enfermos y es totalmente gratuito, no regale su dinero a charlatanes o supuestos videntes. "¿Está enfermo alguno entre ustedes? que llame a los presbíteros de la Iglesia, que oren sobre él y le unjan con óleo en el nombre del Señor. Y la oración de la fe salvará al enfermo y el Señor hará que se levante y si hubiera cometido pecados, le serán perdonados" (Santiago 5, 14-15).
Cristo ya nos dejó un sacramento para la sanación: la Unción de los enfermos. No nos confundamos por los supuestos estigmas de Elizabeth Sánchez García o por que la observamos rodeada de imágenes de la Virgen y Santos.
En un programa de televisión llamado: "Milagros decodificados", la señora Sánchez García afirmó: "Yo respeto a los sacerdotes, que ellos también me respeten". Palabras que nos hacen ver que su trabajo está muy distante de la aprobación de la Iglesia y de los sacerdotes o dicho con otras palabras, no vive de acuerdo con la fe de la Iglesia.
Si embargo hay falsos estigmatizados que confunden al pueblo de Dios. Uno de esos casos es el de Elizabeth Sánchez García, una supuesta estigmatizada de la delegacion Iztapalapa en el Distrito Federal. Según ella las heridas aparecieron en la frente y en las manos después de hacer oración. "Vi llorar sangre a la virgen María. Le pregunté ¿madre querida qué va a suceder en México? Ella me dio a entender que lo que nos pasa, es por falta de oración. Para evitar todos nuestros males debemos hacer oración y meditar", expresa Sánchez García.
Debemos tener cuidado ya que a esta señora le gusta aparecer en televisión, mostrar sus estigmas y hasta dramatizar en un programa acerca de cómo sufrió un desmayo mientras recibía los estigmas. Esto es contrario al espíritu de humildad que tienen los Santos, que prefieren estar en el anonimato. Por otro lado acepta donaciones por las curaciones que realiza a sus pacientes.
Si usted está enfermo acuda con un sacerdote para que reciba la Unción de los enfermos y es totalmente gratuito, no regale su dinero a charlatanes o supuestos videntes. "¿Está enfermo alguno entre ustedes? que llame a los presbíteros de la Iglesia, que oren sobre él y le unjan con óleo en el nombre del Señor. Y la oración de la fe salvará al enfermo y el Señor hará que se levante y si hubiera cometido pecados, le serán perdonados" (Santiago 5, 14-15).
Cristo ya nos dejó un sacramento para la sanación: la Unción de los enfermos. No nos confundamos por los supuestos estigmas de Elizabeth Sánchez García o por que la observamos rodeada de imágenes de la Virgen y Santos.
En un programa de televisión llamado: "Milagros decodificados", la señora Sánchez García afirmó: "Yo respeto a los sacerdotes, que ellos también me respeten". Palabras que nos hacen ver que su trabajo está muy distante de la aprobación de la Iglesia y de los sacerdotes o dicho con otras palabras, no vive de acuerdo con la fe de la Iglesia.