EL ÓLEO EN LA LITURGIA
EL ÓLEO
Aceite, unciones, bálsamo, perfume
Somos un pueblo sacerdotal, un pueblo ungido, para continuar la misión
del Cristo-Mesías (Ungido).
I. En la liturgia
Uso y sentido simbólico-sacramental
Misa crismal. En la mañana del jueves Santo (o en un
momento apro-piado), en la "Misa crismal", el obispo, rodeado por el presbiterio
y representantes de toda la Iglesia local, realiza la consagración
del crisma (una mezcla de óleo y bálsamo o perfume) y la bendición
del óleo de los catecúmenos y de los enfermos.
El santo crisma. Es el óleo más importante usado
en la liturgia. Sim-boliza al Espíritu Santo que consagró a
Jesús para su misión mesiánica (cf. Lc 4,16-18). "Mesías"
(o "Cristo") sig¬nifica "Ungido". (cf. Cat 1.3: "tu nom¬bre es como
ungüento que se derrama. ..) El bálsamo mezclado con el óleo
da al crisma un olor agradable y penetrante; connota alegría, belleza,
buena fama y es señal de vitalidad. Se usa en los siguientes momentos.
En la unción pos bautismal en la cabeza (coronilla) de
los niños. Designa su participación en la mi¬sión
de Cristo sacerdote, profeta y rey, y anticipa en cierto modo el sa¬cramento
de la confirmación. (El RBN sugiere que este gesto puede ser sustituido
por la imposición de las manos, en caso de que haya una gran cantidad
de niños).
Esta misma unción se realiza en el bautismo de adultos,
cuando por motivo especial. la confirmación se celebra en otro momento.
En la unción con el crisma (en la frente) en el sacramento
de la confirmación, efectuada por el obispo. Es, con la imposición
de las manos que se hace simultáneamente, el gesto esencial del sacramento.
Los "cristianos" son personas "ungidas". Mediante el sacramento de la confirmación
reciben el Espíritu Santo y son asociados a Cristo-Mesías en
su Iglesia, para conti¬nuar su misión.
. En la unción de la palma de las manos del presbítero ordenado,
que es un rito complementario de la ordenación presbiteral. Indica
la función sacerdotal desempeñada en el ofrecimiento del sacrificio
eucarístico.
. En la unción de la cabeza del obispo, es un rito complementario
de la ordenación episcopal, que in¬dica la fecundidad espiritual.
Manos ungidas para la ofrenda de todo el pueblo sacerdotal.
• En la unción del altar y de las paredes de la
iglesia en el día de su dedicación. "En virtud de la unción,
el altar se convierte en símbo¬lo de Cristo, que es el "Ungido"
por excelencia (. . .) La unción de la iglesia significa que toda,
entera y para siempre, está consagrada al culto cristiano (…). Son
doce (...) o cuatro unciones…19; quiere significar que la iglesia es la imagen
de Jerusalén, la ciudad santa".
El óleo de los catecúmenos significa la fortaleza
en la lucha de la vida cristiana. Las unciones pre bautisma¬les con el
óleo de los catecúmenos son realizadas por un presbítero
o diá¬cono (si es necesario, ayudados por otros ministros). Se
unge el pecho (o también otras partes del cuerpo), tan¬to en el
bautismo de los niños, como en el de los adultos, y pueden hacerse
al final de las celebraciones de la pala¬bra. Si fuera necesario, la
unción se puede repetir en otras ocasiones. En caso de necesidad pastoral,
el presbí¬tero puede pronunciar la bendición sobre el óleo
de los catecúmenos en el momento de la celebración.
El óleo de los enfermos se usa en el sacramento de la
unción de los enfermos, que administra un presbítero. Indica
fuerza, alivio, consuelo, liberación. Recuerda las curaciones de los
enfermos realizadas por Jesús. (Son cada vez más fuertes las
voces y los argumentos aducidos para que se per¬mita a otras personas
ungir a los enfermos con el óleo bendecido por el obispo, como fue
la praxis común desde los primeros siglos del cristianismo hasta el
siglo IX. Actualmente, debido a la falta de presbíteros, la mayoría
de los enfermos no recibe el beneficio de este sacramento).
"Es el óleo que nos consagra, el que ungió a tu siervo
Aarón" (Sal 133).
En la Biblia
Es símbolo del Espíritu Santo:
• Como consagración: consagraciones de profetas,
reyes, sacerdotes. altar. etc. (Gén 28,18; Éx 30.22-33; 40.9;
ISam 10.1; IRe 19,16; Sal 45.8; He 10,38...);
• Como bendición que da prosperidad y abundancia
(Sal 133.2);
• Como curación (Mc 6.13; Lc 10,34; Stgo 5.14);
• Como señal de hospitalidad (Lc 8,36-50);
• Como símbolo del amor de la espo¬sa y el esposo:
aromas. óleos perfumados (Cant 1.12; In 12,1-8; Mc 14,3-9);
• Como conservación contra la corrupción,
unción de cadáveres con óleos aromáticos: mirra,
por ejemplo (Mc 14.3-9; 16.1).
• Cristo es el Ungido por excelencia (Lc 4.16-18; He 10.36-38).
Nosotros somos ungidos con su Espíritu (2 Co 1.2 I -22; I In 2.20)
y llamados a extender por el mundo la buena fama, el "buen olor" de Cristo
(2Co2.14-17).