LA ELEVACION SOBRENATURAL Y CAIDA DEL
HOMBRE
LA ELEVACION AL ORDEN SOBRENATURAL
DIVERSOS DONES CONCEDIDOS A ADAN
Dios enriqueció al hombre con tres clases de
dones: los naturales, los preternaturales y los sobrenaturales.
a) Naturales son los debidos a la naturaleza humana.
En sentido absoluto, ningún don es debido al
hombre, puesto que no le es debida la existencia. Pero una vez que Dios
le da la existencia, debe darle los dones que exige su naturaleza. En este
sentido se dicen dones naturales, por ejemplo, la inteligencia, la voluntad,
los dones o cualidades corporales, la libertad, etc.
b) Preternaturales son los que están por encima de la naturaleza
humana, pero no por encima de otras naturalezas creadas.
Un ejemplo nos explicará esto. El don de la
inmortalidad, está por encima de la naturaleza humana, pues todo
ser material naturalmente debe morir, pues la materia es de suyo corruptible.
Pero no está por encima de la naturaleza angélica,
porque los espíritus no tienen germen de corrupción o muerte.
La inmortalidad, pues, que es un don natural para el
ángel, es don preternatural para el hombre.
c) Sobrenaturales son los que están por encima de toda naturaleza
creada o creable. Son principalmente la gracia y la gloria.
En consecuencia, no sólo por encima de la naturaleza
humana, sino también de la angélica. Son dones plenamente
divinos, y una participación gratuita de lo que ES propio de la
Naturaleza de Dios.
FIN NATURAL Y SOBRENATURAL.
FIN NATURAL DEL HOMBRE
1.-Dios tuvo que señalar un fin al hombre, ya que es propio
del ser inteligente proponerse un fin en lo que hace.
2.-El fin del hombre debe estar de acuerdo con su naturaleza; y
satisfacer las facultades de su cuerpo y de su espíritu.
El fin natural del hombre consistiría en que
su cuerpo poseyera los suficientes bienes corporales, su entendimiento
conociera las suficientes verdades y su voluntad amara y poseyera los
suficientes bienes para ser feliz.
3.-El último fin del hombre hubiera sido el dar gloria a
Dios mediante el conocimiento imperfecto que tiene de Él a través
de las criaturas, y el haberlo amado de acuerdo a ese limitado conocimiento.
La felicidad del hombre estaría limitada por
su misma capacidad de conocer y amar. Para hacerlo capaz de una felicidad
mucho mayor, Dios quiso señalarle un fin sobrenatural.
FIN SOBRENATURAL DEL HOMBRE
El hombre con su sola fuerza no conoce a Dios sino
de un modo imperfecto; no es capaz de verlo en su misma Esencia, pues
ésta es del todo trascendente a un ser creado.
Pero Dios quiso procurar al hombre un conocimiento mucho
más perfecto de Sí: quiso que lo contempláramos cara
a cara en el cielo, tal cual es, de modo inmediato, intuitivo y facial,
a lo cual se sigue inefable e interminable gozo. Y en esto consiste precisamente
el fin sobrenatural, en la llamada visión beatífica.
Este fin sobrenatural, gratuito por parte de Dios, es
obligatorio por parte del hombre. No puede renunciar a él, para
contentarse con un fin meramente natural, porque la elevación al
orden sobrenatural es universal y absoluta.
De modo que a todo hombre se le presenta este dilema:
o ser inmensa y eternamente feliz, gozando de la visión de Dios
en la gloria, o verse siempre privado de Dios y castigado a eterna desdicha:
tertium non datur.
Esta simple consideración nos prueba con cuánto
esmero debemos tender a la consecución de nuestro último
fin.
EL ORDEN SOBRENATURAL
El orden sobrenatural consiste propiamente en dos cosas:
1) En el fin sobrenatural a que Dios destinó al hombre.
2) En los medios sobrenaturales que Dios les dio para conseguir este
fin, de los cuales el más importante es la gracia divina que se
infunde en los sacramentos.
ELEVACION DEL HOMBRE AL ORDEN SOBRENATURAL
Dios elevó desde un principio a nuestros primeros
padres y a todos los hombres al orden sobrenatural. Esto es:
a) Le señaló como último fin su eterna posesión
en el cielo, por la visión beatífica.
b) Para poder llegar a este fin les concedió medios sobrenaturales
a propósito, de los cuales el principal es la gracia.
El estado en que Dios creó a nuestros primeros
padres recibe dos denominaciones:
1.-Estado de inocencia, porque ellos no fueron formados en el pecado,
mientras que todos sus descendientes sí nacen en el pecado.
2.-Estado de justicia original. Con estas palabras se comprenden los
diversos dones sobrenaturales y preternaturales con que Dios los enriqueció.
DONES SOBRENATURALES. LA GRACIA. FILIACION DIVINA.
Los dones sobrenaturales son principalmente la gracia,
las virtudes teologales y los dones del Espíritu Santo.
La gracia divina es una participación de la Naturaleza
divina, que nos hace hijos de Dios y herederos de la gloria.
1.-Es una participación de la naturaleza divina (2 Pe 1,4).
Como dijimos, los dones sobrenaturales, y entre ellos la gracia, son divinos
en sentido estricto, esto es, propio de Dios.
2.-Que nos hace hijos de Dios. Por naturaleza somos tan sólo
criaturas, siervos de Dios. La gracia, por sobre la naturaleza, nos hace
sus hijos.
Dos diferencias prncipales hay entre el hijo y el siervo:
a) El hijo participa de la naturaleza de sus padres, de quienes recibió
la existencia; el siervo es un extraño en la familia.
b) El hijo tiene derecho a la herencia de sus padres; el siervo no.
La gracia no es una participación sustancial de
la naturaleza divina, sino una participación accidental; pues la
misma substancia divina es incomunicable.
DONES PRETERNATURALES
Dios adornó a nuestros primeros padres con cuatro
dones preternaturales muy excelentes. Dos se refrieren al alma: la ciencia
y la integridad; y dos al cuerpo: la inmunidad y la inmortalidad.
a) La ciencia consiste en que poseyeron sin estudio gran
número de elevados conocimientos, en especial religiosos y morales
que por referirse a Dios son más sapienciales.
b) La integridad, en el orden perfecto de toda su naturaleza.
Las pasiones estaban perfectamente sometidas a la razón, y ésta
por entero a Dios. Por ello, era imposible un pecado pasional, pues para
ello tenía antes que darse la ruptura de la razón con Dios.
Por ello, nuestros primeros padres en estado de inocencia no podían
pecar venialmente.
c) La inmunidad, en que no estaban sometidos al dolor.
La misma ley del trabajo era para ellos suave y deleitosa.
d) La inmortalidad, en que no debían morir; sino
que después de algún tiempo deberían ser trasladados
al cielo sin pasar por la muerte.
DONES PERMANENTES Y TRANSMISIBLES
Estos dones, tanto los sobrenaturales, como los preternaturales,
tenían dos propiedades: eran permanentes y transmisibles.
1.-Eran permanentes. Esto es, Dios se los concedió
a nuestros primeros padres, no por algún tiempo, sino de modo permanente,
mientras no se hicieran indignos de ellos por el pecado.
2.-Eran transmisibles. Esto es, Adán los transmitiría
por naturaleza a todos sus hijos. De manera que si Adán ho hubiera
pecado, todos los hombres nacerían en estado de gracia, con derecho
al cielo, y adornados de los dones preternaturales.