LA CONQUISTA ESPAÑOLA Y LA LEYENDA
NEGRA
Resulta significativo cuanto
escribe el protestante Pierre Chaunu sobre la colonización española
de las Américas y las denuncias como las de Las Casas: <<Lo
que debe sorprendernos no son los abusos iniciales, sino el hecho de que
esos abusos se encontraron con una resistencia que provenía de todos
los niveles -de la Iglesia, pero también del Estado mismo- de una
profunda conciencia cristiana.>> Resulta lamentable que obras como
Brevísima relación de la destrucción de las Indias de
fray Bartolomé fueran utilizadas sin escrúpulos por la propaganda
protestante y después, por la iluminista, cuando en realidad constituyen
el testimonio de la sensibilidad hacia el problema del encuentro con un mundo
absolutamente nuevo e inesperado.
Ahora bien, sobre el triste panorama que pinta la obra de Las
Casas sobre la conquista, Luciano Perena, de la Universidad de Salamanca
señala que: <<Las Casas se pierde siempre en vaguedades e imprecisiones.
No dice nunca cuándo ni dónde se consumaron los horrores que
denuncia, tampoco se ocupa de establecer si sus denuncias constituyen una
excepción. Al contrario, en contra de toda verdad, da a entender que
las atrocidades eran el único modo habitual de la Conquista.>>
Una empresa como la conquista de América jamás
se habría podido realizar con buenas maneras. Hernán Cortés,
quien puso fin al imperio de los aztecas y a quien Las Casas presenta de
modo pesimista, fue quien vio bajar de las pirámides el río
de sangre humana de las víctimas sacrificadas. Sea como fuere, como
buen converso, Las Casas estaba más preocupado por la salvación
de las almas de los nativos (sólo si se los trataba de forma adecuada
iban a aceptar el bautismo), de ahí que no sea posible presentarlo
como una suerte de precursor de la <<teología de la liberación>>
al estilo marxista.
La preocupación de España por la salvación
de las almas de los nativos no tuvo precedente, y hasta que la corte
de Madrid no sufrió la contaminación de masones e <<iluminados>>,
no reparó en gastos ni en dificultades para cumplir con los acuerdos
con el Papa, que había concedido los derechos de patronato a cambio
del deber de evangelización. Los resultados hablan: gracias al sacrificio
y al martirio de generaciones de religiosos mantenidos con holgura por la
Corona, en las Américas se creó una cristiandad que es hoy
la más numerosa de la Iglesia católica y que ha dado vida a
una fe <<mestiza>> encarnada por el encuentro vital de distintas
culturas. A pesar de los errores y los horrores, se trató de una de
las más grandes aventuras religiosas y culturales que tuvo una feliz
evolución.
A diferencia de lo ocurrido en Norteamérica, en Sudamérica
el cristianismo y las culturas precolombinas dieron vida a un hombre y a
una sociedad realmente nuevos respecto a la situación precolombina.
Fue sin duda un abuso instrumentalizar a Las Casas como arma de guerra contra
el <<papismo>>, fingiendo ignorar que contra España se
utilizaba la voz de un español escuchado y protegido por el gobierno
y la Corona de esa misma España.