NUESTRA SEÑORA DE FATIMA
      
      
           
   A 59 años de las
   apariciones de la Vírgen Inmaculada en la cueva de Lourdes, ya
comenzado    el siglo XX, vuelve Nuestra Señora a aparecerse a unos
pastorcitos    en una remota aldea de Portugal, cerca de Fátima. Era
cerca del medio   día del 13 de mayo de 1917, mientras en muchos países
de Europa   se combatía ferozmente en esa triste Primera Guerra Mundial,
 la Vírgen   se apareció, sobre un pequeño arbusto,
"carrasca",  a poca altura,  sobre los niños Lucía, Jacinta
y Francisco.
      
          De apariencia joven, "...vestida de blanco, más brillante que 
el  sol y esparciendo una luz muy clara e intensa...", claramente les dijo:
 "¿Queréis  ofreceros a Dios para soportar todos los sufrimientos
 que Él quisiera  enviaros, en acto de reparación por los pecados
 con que Él es ofendido y de petición por la conversión
 de los pecadores?"   --"Sí, queremos", fue la respuesta de los
 tres pastorcitos. --"Hacedlo, pues; tendréis que sufrir mucho, pero
 la gracia de Dios será vuestra fortaleza". "Y rezad el Rosario todos
 los días para alcanzar la paz en el mundo".
     De apariencia joven, "...vestida de blanco, más brillante que 
el  sol y esparciendo una luz muy clara e intensa...", claramente les dijo:
 "¿Queréis  ofreceros a Dios para soportar todos los sufrimientos
 que Él quisiera  enviaros, en acto de reparación por los pecados
 con que Él es ofendido y de petición por la conversión
 de los pecadores?"   --"Sí, queremos", fue la respuesta de los
 tres pastorcitos. --"Hacedlo, pues; tendréis que sufrir mucho, pero
 la gracia de Dios será vuestra fortaleza". "Y rezad el Rosario todos
 los días para alcanzar la paz en el mundo".
      
         Posteriormente, en el mes de julio, en ese mismo lugar,
 Nuestra   Madre les manifestó "que también repararan por los
 pecados  contra el Inmaculado Corazón de María". Y después
 de  mostrarles la visión del Infierno, la Vírgen les dijo
"que  vendría a pedir la consagración de Rusia a su Inmaculado
Corazón".  Si atendieran mis peticiones, Rusia se convertirá
y habrá paz;    si no, esparcerá sus errores por el mundo entero".
      
         El 13 de agosto del mismo año, al terminar de hablar
   con los niños, "tomando un aspecto más serio", les dijo
la   Vírgen: "Rezad, rezad mucho y haced sacrificios por los pecadores,
  que van muchas almas al infierno por no tener quién se sacrifique
 y pida por ellos".
      
         Y en la última aparición, el día
13  de  octubre, Nuestra Señora, antes del prodigioso milagro del
sol que vieron miles de personas, dijo a los videntes: "Soy la Señora 
del Rosario; que continúen siempre rezando el Rosario todos los días.
  La guerra va a acabar y los soldados volverán en breve a sus casas".
  Y por último, "...es necesario que se enmienden, que pidan perdón
   por sus pecados". Y, tomando un aspecto más triste, "que no ofendan
   más a Dios Nuestro Señor, que está muy ofendido...".
   Y, mientras se elevaba al Cielo, continuaba el reflejo de su propia luz
 proyectándose  en el sol.