Nació el 19 de mayo del 1878 en el
barrio de los Filipinos en Verona (Italia), fue agraciado por la Virgen
de Lourdes a la edad de 7 años como contó el mismo. Se
hizo hermano externo de San Felipe el 1º de enero de 1893,
entró en la familia oratoriana de Verona en 1901. Alumno de las
escuelas del barrio, de las estigmatinas, y después del
seminario, fue ordenado sacerdote el 10 de agosto de 1904.
Después de un periodo de actividad pastoral en la parroquia de
los Filipinos, de los cuales fue prepósito varias veces del 1926
al 1948, el 1º de enero del 1916 fue nombrado rector de San Pedro
Incarnario.
La experiencia de la iglesia de San Pedro Incarnario y de
los Filipinos fue significativa entre el fin de Setecientos – inicio
del Ochocientos y después la represa del 1820 por la presencia
de diversos siervos de Dios y beatos veroneses: Padre Mazza, Padre
Steeb, Teodora Campostrina, Padre Provolo; que habían seguido el
tentativo de fundación veronece de Antonio Rosmini (1797-1855) y
la actividad pastoral para los alemanes residentes en Verona;
así en los años 1875-85 se confirmaron algunas
iniciativas del movimiento católico, como la Sociedad de Obreros
católicos instituida por el Padre Anacleto Dalla Chiara
(1824-1885) y el Patronato para los hijos del pueblo. Al inicio de sus
casi treinta años de actividad (1916-1944), en plena Grande
Guerra, padre Bardellini abrió el “Encuentro del soldado”,
centro de encuentro para militares, animado por él mismo con la
ayuda de padre Isaac Meggiolaro (1889-1966) del Oratorio de Vicenza y
otros. También la nueva fundación de las Pobrecillas de
la Casa de Nazaret y la obra para minusválidos encontraron en
San Pedro Incarnario su terreno de cultivo y partida.
Naturalmente sensible y generoso, padre Felipe
había comenzado desde el 1910 a recibir algunas personas
necesitadas en su casa paterna. De aquí nacerían diversas
iniciativas de caridad. Animado por San Giovanni Calabria, en el 1921
dio inicio a las Hermanas Pobrecillas de la Casa de Nazaret,
empeñadas desde el 1927 en la asistencia y la educación,
sobre todo de las minusválidos mentales.
A la primera filial abierta en Ponton siguieron otras seis
en Volargne y Corrubio. El 15 de agosto de 1933, con la
imposición de la Medalla Milagrosa, tuvo lugar la
“profesión religiosa” de las primeras hermanas guiadas por
Teresa Scaglia (1881-1958). Después de haber comenzado a recoger
en el 1933 también a los niños minusválidos, en el
1937 padre Felipe instituyó en su casa paterna una comunidad
masculina, los Pobrecillos de la Casa de Nazaret, con el mismo estilo y
finalidad que la rama femenina; esta fundación no
continuó, mientras los niños hospedados fueron
transferidos primero a Ponto y después a Corrubio de Negarine.
Padre Felipe dedicó el resto de su vida a
consolidar la fundación, que sobre todo durante la Segunda
Guerra mundial encontró graves dificultades. A la tragedia que
el 21 de noviembre del 1944 destruyó el Casal de Volgargne y
provocó 20 muertos el opuso su esperanza y abandono en la
voluntad de Dios. Cayendo enfermo pasó a Pon de Domegliara los
últimos 8 años de su vida en la enfermedad. En el 1955
escribió el testamento en favor de la Congregación de los
Padre Filipinos, donando sus bienes en espera del reconocimiento civil
de la Congregación de las Pobrecillas de la Casa de Nazaret (6
de febrero de 1961), destinatarias de la entera herencia del Fundador,
que recibieron el 13 de noviembre de 1964. El 24 de agosto de 1956
padre Felipe moría en concepto de santidad a la edad de 78
años cumplidos. Inicialmente fue sepulto en el cementerio de
Verona, sucesivamente, el 3 de febrero de 1996 fue transferido en la
Capilla de la Casa General de Ponton.