SAN FORTUNATO
303 d.C.
4 de mayo
El 24 de febrero de 303, el
emperador Diocleciano emitió un edicto ordenando la destrucción
de iglesias y libros cristianos, se derritió la comunidad, se confiscaron
los bienes, las reuniones prohibidas, excluidos de los cargos públicos
y de temas de ciudadanía romana que pertenecía a la religión
de Cristo y remitido en libertos esclavitud si no se devuelve al paganismo.
El magistrado de una ciudad no muy lejos de Cartago, Thibiuca hoy Zoustina,
obedeciendo las disposiciones imperiales, en junio 303, convocados a la corte
el sacerdote africano y lectores Cirilo y Vitale.
La pretensión de entregar los libros sagrados, africano
respondió que estaban en posesión del obispo Felice, en ese
día de la ciudad. Al día siguiente, fueron llamados los obispos,
sacerdotes y Gennaro Adauctus con lectores de Fortunato y Settimio que también,
a petición del juez para entregar los libros sagrados, se opuso a
la negativa decidida. Se les dio tres días para reflexionar, después
de lo cual el obispo feliz con sus compañeros fueron enviados a Cartago
para Procónsul Anulino. Después de quince días de estancia
en la cárcel fueron sometidos a interrogatorios y se requería
una vez que los libros sagrados que los valientes héroes de la fe
no se entregan, y en consecuencia se transfirieron a Italia.
Luego de permanecer en Agrigento, Taormina, Catania y Messina
finalmente llegaron Venosa donde el prefecto Maddelliano ellos decapitados
el 24 de octubre. Los restos de la mártir y brillante jugador Fortunato
se dignamente honrados y se mantienen en la Iglesia Parroquial SS.ma María
Dolorosa en Bari y su fiesta fue establecida por el fallecido Arzobispo de
Bari-Bitonto, Mons. Mariano Andrea Magrassi, 4 de mayo en la memoria de traducción
de las sagradas reliquias de la catedral de Bari a la iglesia parroquial.
Es considerado como el santo patrón de los lectores de la Palabra
de Dios estableció la Diócesis de Bari-Bitonto.