SAN FILADELFO
Siglo III d.C.
10 de mayo
Los Santos Alfio, Cirino y
Filadelfo, fueron tres hermanos que sufrieron el martirio durante la persecución
de Valeriano, en el año 253. Eran oriundos de Vaste, en la provincia
de Lecce. El padre Vitale, pertenecía a una familia patricia y la
madre, Benedicta, afrontó espontánea y valientemente la autoridad
imperial manifestando su fe, y soportó el martirio. El prefecto
Nigellione, enviado a Vaste para investigar la presencia de cristianos,
llevó a cabo el primer interrogatorio. Viendo la constancia y firmeza
de los tres hermanos, decide enviarlos a Roma junto con Onesimo, su
maestro, Erasmo, su primo y otros catorce cristianos.
De Roma, después del primer suplicio, son enviados a
Pozzuoli, por el prefecto Diomede, el cual condena a pena de muerte a Erasmo,
Onesimo y a los otros catorce, y envía a los tres hermanos a Sicilia
de Tertullo, a Taormina; allí son interrogados y torturados y después
enviados a Lentini, sede ordinaria del prefecto, con la orden de que el viaje
sea llevado a cabo con un grueso cepo sobre la espalda. Los tres jóvenes
son liberados del cepo por una fuerte tempestad de viento; pasan a Catania,
en donde son encerrados en una prisión, en donde aún hoy se
puede ver la inscripción: "Sanctorum Martyrum Alphii Philadelphi et
Cyrini carcer", en una cripta bajo la iglesia de Minoritelli; En el camino
de Catania a Lentini tienen lugar varios prodigios y conversiones: se hacen
cristianos los veinte soldados de la escolta junto con su jefe, Mercurio.
Mientras tanto, en Lentini los tres hermanos liberan a un niño hebreo
que estaba endemoniado, convierten a la fe a muchos hebreos que habitaban
en esa ciudad, y que inmediatamente son condenados a ser lapidados. Llevados
ante Tertullo, son sometidos a todo género de suplicios hasta que
entregan sus almas al Señor.