SAN FILEMÓN Y DONINO DE ROMA
21 de marzo
Este joven con su amigo Donino,
en tiempos de la duras y temibles persecuciones, confiando más en
Dios que en ellos mismos, se dedicaron a recorrer Italia.
¿Qué buscaban?
Sencillamente, manifestar a todo el mundo la alegría
que les daba el Resucitado en su mundo interior. No podían quedarse
encerrados en sí mismos -lo más fácil– sino que tenían
que vivir la solidaridad de su fe. Iban predicando el Evangelio y bautizando
a los infieles que se encontraban en su camino, previa preparación,
claro está.
Dicen sus biógrafos que su palabra era tan ardiente que
conmovían a las masas de paganos e infieles. Las dificultades no tardaron
en aparecer. Provenían principalmente de los seguidores de los cultos
a los ídolos. No aguantaban que dos jóvenes dejaran los templos
paganos vacíos mientras que sus reuniones para celebrar la Palabra
de Dios, se llenaran de fieles en Cristo Jesús.
Los arrestaron y enviaron al gobernador. Este, para ganárselos,
le prometió el oro y el moro con tal de que renegasen de Cristo. Visto
con halagos no conseguía sus propósitos, los enviaron a la
cárcel en la cual les dieron tremendos tormentos. Y cansado de su
fama, mandó que les cortasen la cabeza tal día como hoy. Sus
vidas se crearon en las “Passio” o teatro para dar a conocer su vida. No
hay fundamento histórico.