BEATA FRANCISCA DE PAULA DE JESÚS
1895 d.C.
14 de junio
Francisca de Paula de Jesus
nació en 1808 en la aldea de São João del-Rei, un municipio
del estado brasileño de Minas Gerais. Hija y nieta de esclavos, Francisca
Paula de Jesús, negra, quedó huérfana a los diez años
y dedicó toda su humilde vida a la caridad.
A pesar de que nunca perteneció a una organización
religiosa era considerada "la madre de los pobres", era respetada por todos
los que la conocieron, desde las personas más humildes hasta los hombres
más poderosos de su tiempo.
Nunca se casó pues decidió dedicarse por completo
al Señor. Siendo analfabeta, gozaba cuando alguien le leía
las Sagradas Escrituras.
Una de las cosas que se destaca en vida es la novena que compuso
a Nuestra Señora de la Concepción, de quien era devota. Asimismo,
en honor a ella, construyó al lado de su casa una pequeña iglesia
donde veneraba una imagen de esta advocación mariana y ante la cual
oraba piadosamente por todas las personas que se le encomendaban.
En 1954 esta iglesia fue confiada a la Congregación de
las Hermanas Franciscanas del Señor. Actualmente al lado del templo
se lleva a cabo una obra de asistencia para los niños necesitados
que es mantenida por los devotos de Nhá Chica.
Finalmente, luego de una vida dedicada a la oración y
al servicio a los más necesitados, Nhá Chica falleció
el 14 de junio de 1895.
S.S. Benedicto XVI firmó el 28 de junio de 2012 el decreto
con el cual se reconoce un milagro gracias a la intercesión de la
Venerable Francisca de Paula de Jesús lo cual permitirá su
próxima beatificación.
El milagro hace referencia a la curación inexplicable
de la profesora jubilada Ana Lucía Meirelles, quien sufría
de hipertensión pulmonar causada por un defecto congénito del
corazón, se le recomendó una cirugía. Tres días
antes de la cirugía, Ana Lucía tuvo problemas y la operación
tuvo que ser pospuesta. Pasaron siete días y se notó en la
paciente una considerable mejora en su salud, que se atribuye a la protección
de Nhá Chica.
Seis meses más tarde, bajo pedido de los médicos,
Ana Lucía volvió a hacerse los exámenes preoperatorios
y ellos revelaron que todo se había resuelto sin necesidad de cirugía.
Esto ocurrió en 1995 y desde entonces Ana Lucía ha sido sometida
a exámenes regulares que demuestran que la curación ha sido
definitiva y que el problema nunca regresó.